Otro polémico fallo en La Plata. La Cámara le dio el arresto domiciliario porque es ingeniero, tiene trabajo y buen concepto. En septiembre recibió una pena de 14 años. Ya está en la casa.
Un viejo refrán señala que “el sistema penal es como el escorpión: ataca sólo a los descalzos”. Ayer, la Cámara de Apelaciones de La Plata otorgó el arresto domiciliario con salidas laborales a un ingeniero electricista que en septiembre pasado fue condenado a 14 años de prisión por el delito de abuso sexual reiterado agravado por el vínculo por violar -con acceso carnal-, durante meses a sus dos pequeños hijos de 5 y 6 años de edad, durante el régimen de visitas, en una vivienda de City Bell.
El beneficio procesal fue otorgado ayer por la Sala III de la Cámara, al ingeniero F.G (41) (la identidad no se revela para preservar la de sus hijos), con los votos de los jueces Alejandro Villordo y María Silvia Oyhamburu. El dictamen al que accedió Trama Urbana consta de seis fojas. Los camaristas dijeron que “no había peligro procesal de fuga” porque el imputado se ajustó a derecho cada vez que fue requerido por la Justicia. También se valoró que es ingeniero electricista desde hace 17 años, que la empresa Edelap le da empleo, que tiene buena relación con su actual pareja, con quien acaban de tener un bebé, y un listado de “buen concepto” con 714 firmas de familiares, vecinos y allegados.
“Es una Justicia sólo para ricos y blancos”, afirmó ayer el doctor Gabriel Sagastume, quien intervino como fiscal en el juicio contra el acusado F.G (ver aparte). “Es una resolución que llama mucho la atención. No hay muchos casos donde la Cámara otorgue la excarcelación casi de inmediato a la sentencia, la que además fue hace muy poco y con una pena muy alta y por un delito sexual cometido contra sus dos pequeños hijos” dijo indignado Sagastume. En su alegato había pedido la pena de 22 años de cárcel.
El caso arribó a la Sala III de la Cámara por un recurso de apelación interpuesto por los defensores de F.G, Ramiro Pérez Duhalde, Emanuel Rives y Florencia Condomí Alcorta, quienes pidieron la morigeración de la prisión preventiva mientras la sentencia se mantenía recurrida ante la Casación bonaerense.
Las “condiciones de excepcionalidad” que valoraron ayer los camaristas fueron arraigo, trabajo y contención del núcleo familiar, rasgos que no estarían dados por su anterior pareja y sus dos hijos menores, sino por la actual pareja.
Las fuentes consultadas indicaron que los camaristas de la Sala III se basaron en que la sentencia de primera instancia fue recurrida a Casación y no está firme, ya que, a su criterio, tendría ciertos “vicios”: primero, que la denuncia de la mujer fue realizada cuando un tribunal de familia otorgó al hombre la tenencia de los hijos, y, luego, que se habían descartado pericias realizadas por médicos del Hospital de Niños, a los que además se los procesó por falso testimonio durante el juicio. Sin embargo, nada de esto fue escrito en la resolución que benefició al condenado F.G. A modo de control, Villordo y Oyhamburu dispusieron un tratmiento psicológico para F.G.
“Los dormía con pastillas y les dibujaba un corpiño y una bombacha”
En septiembre pasado, el ingeniero F.G fue condenado a 14 años de prisión. No acudió a la sentencia. La Policía tuvo que detenerlo en su domicilio. El fallo, dictado por el Tribunal II -Claudio Bernard, Carmen Palacios Arias y Liliana Torrisi-, adhirió entonces al planteo del fiscal Sagastume y al de Sofía Caravelos y Sara Cánepa, quienes asistieron a la familia de las pequeñas víctimas.
El fallo indicó que entre 2005 y abril de 2006, en la casa del acusado, en City Bell, “en reiteradas oportunidades accedió vía anal a su hijo de 5 años, ejercitando en el mismo período maniobras lascivas consistentes en tocamientos con dedos y pene sobre la zona anal a su otro hijo de seis años mientras se encontraban bajo su guarda”.
La mamá recordó que su hijo más chico “lloraba y no quería ir al jardín”. Le preguntó el motivo del llanto: “Papá me mete los dedos y el pilín en la cola”, le confió. También dijo que “lo ponía sobre un inodoro donde colocaba una toalla doblada, le ponía jabón en un cachete, en la rayita y en el agujerito, lo obligaba a hacerse el dormido, si no, llamaba a la patrulla”.
El chico expresó que a él “se lo hacía cinco veces porque tenía cinco años, y a su hermano seis porque tenía seis”, y que su padre “les daba unas pastillas que los dormía” y que luego de ponerlos “sobre una toalla”, “les dibujaba una bombacha y un corpiño, y les colocaba uno de tela”. Y al finalizar les decía que “si contaban algo, los mataría”.
“El delito más grave del Código Penal”
“Es una condena muy grave. Fue dictada en un juicio por un Tribunal Oral hace pocos meses. No se trata de una mera denuncia, ni una sospecha. Hay evidente peligro procesal. No basta con decir que tiene trabajo, que es ingeniero, que se presenta si lo citan, o que la gente lo quiere; porque muchos procesados pueden argumentar eso y, sin embargo, ninguna Cámara los excarcela”, afirmó ayer Gabriel Sagastume al tomar conocimiento del fallo emitido por la Cámara.
“Si fuera un barrendero o arreglaría veredas, no le darían ese beneficio. Entonces, estamos ante una Justicia sólo para ricos y blancos. La pena por abuso sexual reiterado agravado por el vínculo fue de 14 años. Es una pena alta. Es el delito más grave del Código Penal. Y los abusos sexuales fueron cometidos a sus dos hijitos. Es increíble”, dijo el fiscal en el juicio seguido a F.G.
En la medida que la novedad del fallo tomaba ayer estado público, causaba mucho malestar en el fuero local, y sobre todo, en los integrantes del Tribunal II que dictaron la condena a F.G hace sólo seis meses.
Fuente: Diario Hoy