Si el clásico del tenis actual es entre Rafael Nadal y Roger Federer, habrá que revisar cuál será en el futuro cercano. Es que Novak Djokovic está haciendo méritos como para ser parte de un derby ante cada uno de ellos. La final del Masters 1.000 de Miami de ayer es una muestra clara: el serbio se ha convertido en mucho más que un tercero en discordia, al derrotar al español por 4-6, 6-3 y 7-6 (4).
Las tres horas y media de partido incluyeron un primer set en el que «Rafa» se puso al frente por 5-2 y sacó para llevarse de manera sencilla, el primer chico. Sin embargo, la garra de «Nole» empezó a vislumbrarse ahí mismo. Quebró el saque de su adversario y lo obligó a llevarse la primera manga con un ajustado 6-4. Nadal había aprovechó las virtudes de su saque y los errores no forzados del campeón del Abierto de Australia. El segundo set arrancó con una ventaja de 3-0 a favor de Djokovic que nunca más soltaría. Al final fue 6-3 para el número dos del mundo. En el último parcial, llegarían al tie-break sin quiebres de saque y para llevar a cabo el momento cúlmine del partido. Varios mini-quiebres de servicio, hasta que Djokovic se puso 6-4, con dos matchpoints a su favor, de los cuales sólo necesitó el primero. Juego, set, partido y un nuevo título para un verdadero grande.
Fuente: La Gaceta