Se sabía que la traducción del informe enviado por el FBI de Estados Unidos sobre la causa de la muerte de Nora Dalmasso iba a causar sensación. Y lo hizo. Le dio un giro a todo el caso. El documento dice que en la escena del crimen se encontraron dos perfiles genéticos de desconocidos que no coinciden con ninguno de los sospechosos del crimen. Tuvieron que pasar 18 meses de silencio absoluto para que se pueda esclarecer en algo la muerte de Nora.
Los nuevos ADN no coinciden con ninguna de las 27 personas que pasaron por la escena del crimen el 26 de noviembre de 2006. De acuerdo con el informe existen dos perfiles de ADN en las muestras que entregó la justicia local, pero ninguno de ellos se comparece con los dos sospechosos: Facundo Macarrón -hijo de la víctima- y Gastón Zárate, un pintor también acusado del crimen.
Sin embargo, el FBI determinó que en la escena del crimen se encontraron tres muestras de ADN completos, uno de los cuales corresponde al esposo de la víctima, el médico Marcelo Macarrón, mientras que los otros dos son de personas desconocidas, por lo que se estima que podrían ser los autores materiales del crimen.
El ADN de Macarrón se encontró en rastros de semen que había en la vagina de la víctima, un cinto y una sábana de la habitación. No obstante, el médico estaba en Punta del Este cuando se produjo la muerte de Nora.
El texto, de cuatro páginas, completó el informe de 26 páginas enviado en julio de 2008. La traducción comenzó cerca de las 13 de ayer y culminó a las 15.30. Se esperaba que el nuevo análisis genético de las 29 muestras pudiera ponerle nombre y apellido al asesino de Nora Dalmasso.
A Nora la mataron en marzo de 2006, en el interior de su casa del Country Villa Golf Club, en Córdoba, ahorcándola con una sábana, luego de haber mantenido relaciones sexuales.
Enrique Zabala, defensor de Zárate, aseguró que va a “solicitar el sobreseimiento de Gastón, porque no hay una sola prueba en su contra”. Ahora resta saber qué curso le dará a la investigación el fiscal Javier Di Santo.
Fuente: La Razón