Con un gol de arranque de Ciro, un Bicho contundente se aprovechó de un Newell’s que ratificó su incapacidad para definir. Encima, Newell’s se quedó sin técnico.
El de Argentinos y Newell’s fue un juego desparejo. Desde el vamos. La visita llegó a Rosario invicta en el Clausura, cumpliendo tanto en el torneo local y en la Libertadores. Y con un par de chances y un sólido aguante en el fondo consiguió un triunfo importante en el Parque de la Independencia. Del otro lado un Newell’s que no recupera la imagen firme de otros campeonatos y que a pesar de tanto empuje, cambios de nombres y de tácticas, sigue sumando resultados negativos y por eso Un dato marca el momento rojinegro: en seis fechas del Clausura recibió más goles que en las 19 fechas del Apertura, cuando sólo le convirtieron 12. Y de los 13 que le embocaron en este torneo, 10 fueron en el primer tiempo. Todo es cuesta arriba para los Leprosos. Y Argentinos Juniors se aprovechó. En su primer avance se hizo ancho con Escudero, el centro pasado fue mal cerrado por un Estigarribia dormido y Ciro Rius marcó la ventaja.
Newell’s no reaccionó. Le tomó más de media hora arrimar peligro al arco de Navarro. Sucede que a la movida planteada por el Sensini, Bernardi oponía (con mayor o menor precisión) pelotazos aéreos y verticales que volvían improductivos a los dos enganches. El Bicho pudo haber noqueado a su oponente, de contra. Hubiera sido demasiado premio, aunque si la Lepra está de oferta…
El local llegó por arriba, pero levantado centros desde los costados y sumando a sus torres defensivas en alguna pelota parada. Con la bola al ras del piso, muy poco. Ni sociedades, ni desequilibrio por las bandas. El Bicho sabía que aguantando en el fondo y con la pelota generaba más presión que su rival.
Mientras del banco rojinegro mandaban jugadores ofensivos, Navarro se mostraba cada vez más firme y sus defensores se agigantaban. Entonces, los de Troglio sólo necesitaron otra desatención rojinegra para liquidar: saque apurado de Peratta, con sus compañeros saliendo del fondo, el Bicho recuperó rápido en el medio y agarró a contrapierna a toda la defensa. Bogado selló la suerte de Newell’s: dos disparos al arco, dos goles.
El Bicho fue utilitario y eficaz al máximo. Con aguante en el fondo y oficio para manejar los tiempos. Sí, por momentos el local impuso su velocidad y le arrebató la pelota, pero no se lo llevó por delante. y fue valioso el regreso de Mercier, que le dio aire al equipo, con tenencia y criterio para distribuir.
Los de Paternal deberán luchar contra las ausencias (faltaron Prósperi, Torren, Oberman, entre otros) y el desgaste de dar batalla en dos frentes tan distintos como exigentes. Pero el equipo muestra señales de trabajo y convicción.
Fuente: Olé