Superar la abundancia de dolares es el desafío

Enfernedad holandesa, así se denomina al efecto que la abundancia de dólares que genera el comercio exterior causa en la economía de un país, porque deteriora la competitividad de las empresas a través de la apreciación de la moneda nacional y la suba de los costos medidos en divisas extranjeras. Auguran un favorable escenario internacional, pero con un repunte de las importaciones.
«La catástrofe que afecta a Japón es más de tipo ambiental y social, que económico-financiera, porque se trata de un país que arrastra un estancamiento estructural, con deuda en moneda propia, que va a llevar a una política fiscal expansiva muy importante, que va a tener arrastre sobre el resto de los países, dado su alto peso en la generación de riqueza, con 7% del PBI mundial».

La reflexión correspondió al economista del Instituto de Economía Aplicada de la UCES, Diego Coatz, que destacó en un desayuno sobre el «escenario internacional, aumento de las commodities y su impacto en la Argentina», que «a nivel global el año comenzó con recuperación del mercado de los EEUU, sustentado en el mercado interno que es el principal sostén, dado que mantiene una baja apertura al resto del mundo».

Respecto de Europa, el economista espera «políticas de reestructuración de las deudas. De todas formas, sigue inquietando la depreciación del dólar y sus efectos sobre el resto de las economías».

En el caso de la Argentina, sostuvo el experto que «la caída del tipo de cambio real viene por el lado de la inflación, más que por la baja nominal de la paridad entre el peso y el dólar. No obstante, una de las fortalezas del país es la alta disponibilidad de divisas, que permite administrar mejor las tensiones que otros emergentes».

Respecto de la tendencia de los precios internacionales de las materias, Coatz observó que «comienza a advertirse un freno en el movimiento alcista de la soja, para alimento en China, aunque con una cotización del petróleo crudo en torno a u$s100, aparece una demanda adicional para elaboración de biodiesel».

Mientras que el tercer factor alcista lo constituyen «los movimientos especulativos en los mercados de futuros y mercados financieros como reserva de valor, para protegerse frente a la desvalorización del dólar. Esto se ve también en los mercados de metales y oro», dijo Coatz.

Factores a monitorear
El economista del Insecap de la UCES, alertó sobre los efectos que para la economía local podría taner «el comienzo en Brasil de tensiones distributivas, con inflación y tipo de cambio en baja, genera dudas de cuándo va a devaluar, para enfrentar los aumentos de los costos, pero eso no parece un fenómeno inmediato».

Además, Coatz recomendó observar el comportamiento del comercio exterior, porque «los componentes que frenan el aumento de las exportaciones, son la dinámica del consumo interno y la pérdida de competitividad que genera la inflación con tipo de cambio cuasi estable. Mientras que la ampliación de las licencias automáticas de importaciones tendrá sólo un impacto marginal».

Concluyó el especialista que también será importante evitar el riesgo de caer en la denominada «enfermedad holandesa», dado que presupuesta que el «tipo de cambio se moverá entre 2 a 7%, los precios 22%, salarios 25/35% y los costos entre 20 y25%», porque la «debilidad del tipo de cambio determinará una suba de las importaciones. Pero con dólares esto se puede corregir».

Fuente: Infobae.com