Asumió envuelto en dudas y cierta desconfianza: del cargo de coordinador general de las Inferiores pasó a reemplazar a Angel Cappa nada menos que antes del Superclásico. River le ganó a Boca y, a partir de ahí, Juan José López empezó a recorrer un camino que se caracteriza por dos cuestiones: los resultados positivos, con un 74% de efectividad, y la toma de decisiones fuertes.
Jota Jota le dijo basta a las desprolijidades de Ariel Ortega y el Burrito se fue a All Boys; le quitó protagonismo hasta límites insospechados a un Diego Buonanotte que hoy juega poco y nada; echó mano a un esquema táctico ajeno a la historia de River; cuando Juan Pablo Carrizo se lesionó, optó por darle pista a un juvenil (Leandro Chichizola) en lugar de apostar por el oficio de Daniel Vega o de pedir un refuerzo de jerarquía; y rescató del freezer a Juan Manuel Díaz, confinado por Cappa.
No bien asumió, en River se pensó que Jota Jota se haría cargo de un interinato. Sin embargo, el éxito ante Boca, las negativas de Américo Gallego y Marcelo Bielsa, y los posteriores resultados auspiciosos llevaron a Daniel Passarella a confirmarlo como DT definitivo. Y López, con su estilo ajeno a las estridencias pero con firmeza, a paso firme pero sin la necesidad de pegarle puñetazos a la mesa, llevó adelante jugadas mucho más audaces que el equipo combativo que suele poner en cancha.
Ante el primer faltazo de Ortega a una práctica, le comunicó que no lo iba a tener más en cuenta. Al igual que Passarella, el técnico pensaba que el Burrito -el último ídolo- era nocivo para el plantel por sus reiteradas ausencias.
Desde la llegada de Jota Jota , Buonanotte sólo fue titular ante Lanús, en la última fecha del Apertura. Passarella esperaba que éste fuera el torneo del regreso a pleno del atacante. Sin embargo, el técnico no quedó satisfecho con sus rendimientos en las prácticas y eligió confiar en dos recién salidos del horno como Manuel Lanzini y Erik Lamela. Se trata, también, de una estrategia institucional a la que López abona: con Buonanotte vendido al Málaga, el club quiere potenciar a los pichones de cracks.
El estilo del Negro, hasta ahora, está en las antípodas del de Cappa, mucho más ofensivo.
Jota Jota juega con una defensa de tres hombres que se transforma en cinco en dos segundos porque los volantes externos son Paulo Ferrari y Juan Manuel Díaz, laterales por naturaleza. Pone también un doble cinco y, lo que en otros tiempos hubiera sido como una traición al viejo estilo del club, usa un solo delantero neto, el infatigable Mariano Pavone. ¿El histórico paladar negro ? López dice que River está en una situación inédita por sus problemas con el promedio y pone en cancha un equipo cuya prioridad es no regalar nada.
Cuando Carrizo se lesionó, todos los caminos conducían a que su reemplazante fuera Vega. También se especuló con el posible pedido de otro arquero por parte del DT. No pasó: la apuesta fue por Chichizola, otro pibe que hasta ahora respondió: es el único arquero con la valla invicta en el Clausura.
Díaz llegó de la mano de Leonardo Astrada y no rindió. Cappa pidió a Carlos Arano y el ex Huracán se transformó en su lateral izquierdo inamovible. Pero la asunción de López tuvo la forma de una nueva chance para el uruguayo, quien primero sedujo al técnico en la semana y ahora lo está haciendo en los partidos, tanto que le sacó una luz de ventaja a Roberto Pereyra. López siente que con Díaz el equipo tiene mayor solidez y por eso no duda en ponerlo.
Los resultados le están dando la razón a Jota Jota . Pero él sabe que si River no gana, esas decisiones políticamente incorrectas se le pueden ir volviendo en contra.
Venta de entradas
Hoy y mañana de 10 a 19, y el domingo desde las 10, River venderá las localidades para el duelo del domingo (a las 19.10) ante Argentinos. Las generales valen 40 pesos y las plateas (para no socios) van de 70 a 240 pesos.
Fuente: Clarín