Con poquito se llevó muchísimo

Arsenal superó por 2-0 a Tigre con un cabezazo de López y un remate desde afuera de Ortiz. Alfaro, tres puntos de oro…

Juan Pablo Caffa midió su remate, observó el puñado de camisetas blancas entre las azules y rojas. Y no falló: la pelota fue mansa y precisa hacia la cabeza de Lisandro López. El central superó en el salto y en el movimiento a Mariano Echevarría, su amigo y ex compañero en Chacarita y decretó, con un frentazo como una daga, el 1-0. Como el gol llegó temprano, a los cuatro minutos del primer tiempo, todos los caminos conducían a una ampliación en el marcador. Pero no. El local, si bien tuvo un par de jugadas que terminaron en los brazos y en las piernas del siempre regular Daniel Islas, luego se conformó. Y contó con un aliado: su rival se quedó con diez futbolistas luego de que el eléctrico y mal árbitro Germán Delfino expulsara por doble amarilla a Román Martínez. También sacó de la cancha, por protestar, al técnico Rodolfo Arruabarrena.

A pesar de la mayoría de jugadores en el campo, el comienzo del complemento mostró al Matador un poco mejor -muy poco- que el local. Sí, los dirigidos por Alfaro se refugiaron, se corrieron hacia atrás, muy cerca de Campestrini. Y apostaron a la contra, a la salida rápida para que Obolo aguantara arriba. Efectista, trabajado, aceitado, sin altas pretensiones, Arsenal apostó a tenerla y, si no salía, a revolearla. El Vasco metió variables: mandó a Morales y a Botta para aumentar peso en el área. Alfaro hizo lo contrario: sacó a Caffa por Adrián González…

Hasta que Jorge Ortiz, con un derechazo, de frente al arco, tras un rebote, clavó el 2-0 después de otra pelota parada. Plan simple el de Alfaro. Con poco se llevó muchísimo.

Fuente: La Razón