River festejó como en los viejos tiempos

Esta vez no fue Pavone solo contra el mundo. Esta vez la defensa fue algo más parecido a un mural que a una máquina de hacer agua. Esta vez, ante Huracán y en el Monumental, River supo mostrar una cara semejante a la que exhibió en aquel recordado superclásico, luego de la asunción del DT Juan José López. Está claro: el equipo de Núñez mejoró.

Sin embargo, no la tuvo fácil. Huracán había llegado con la mismas ganas de obtener los tres puntos, algo que ambos equipos necesitaban pensando en los promedios. Pero el que más llegó fue el local. El aporte del tucumano Roberto Pereyra y de Erik Lamela para el ataque, y del «interminable» Matías Almeyda, para cortar al rival, fueron determinantes. En el primer tiempo la más clara la tuvo Manuel Lanzini: estrelló un disparo rasante en el palo. Allí se pararon los corazones del Monumental. Nada más.

En el complemento la alegría se apoderó de los hinchas rápidamente, ya que a los 5 minutos el «pibe» Lamela la mandó a guardar luego de una gran jugada colectiva y un pase exquisito del «Tanque». Otra acción precisa y elegante acabó con el cabezazo que Paulo Ferrari mandó a la red. Dos a cero. River tocaba y tocaba, los hinchas cantaban y deliraban.

Cierto es que al «globo» no le salió nada. Estuvo desinflado, y de las pocas chances claras que creó no acertó en ninguna. ¿El arquerito Chichizola jugó? Nada importa: River festejó como hace mucho tiempo no lo hacía.

Fuente: La Gaceta