La Plata, en un documental sobre la «Máquina de Dios»

Busca registrar el impacto del mayor experimento físico del mundo en la comunidad científica y académica local Los proyectos científicos de la escala del Atlas -conocido popularmente como «La Máquina de Dios»- suelen tener un impacto que va más allá del objetivo al que apuntan; en su caso, conocer las condiciones primigenias que dieron origen al Universo. Por tratarse de investigaciones que se desarrollan en las fronteras mismas de la ciencia, dejan además beneficios mensurables en las comunidades que participan de ellas. Y La Plata, una de las ciudades del mundo involucradas en la experiencia, no sería ajena al fenómeno. De hecho, eso es precisamente lo que intenta registrar por estos días un documental del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN).

«La difusión mediática que tuvo el experimento al ser puesto en marcha despertó de pronto un enorme interés en torno la física. El número de inscriptos a la carrera en la facultad de Ciencias Exactas de la UNLP llegó el año pasado a cerca de 80, el doble de su media histórica», cuenta la doctora Teresa Dova, investigadora del Instituto de Física de La Plata y jefa del equipo de científicos argentinos convocados para el proyecto Atlas.

El efecto que menciona Dova es sin embargo apenas uno entre los tantos que intenta reflejar el documental. Este indaga además sobre los beneficios para la educación, la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que implica para una comunidad participar del proyecto Atlas.

¿Por qué La Plata? «Atlas es un experimento que nuclea a gente de 38 países y unos 174 centros de investigación en el mundo. Y La Plata es sede de uno de ellos que ha realizado importantes contribuciones al proyecto, pero además se ha visto beneficiada también por todo lo que se desprende de él», cuenta el doctor Andrew Millington, un ex productor de la BBC que hoy trabaja para el CERN, la organización con sede en Suiza responsable de «La Máquina de Dios».

Millington arribó a la Ciudad el lunes pasado junto a dos importantes directivos del experimento: el doctor Marzio Nessi, coordinador técnico de ATLAS y principal responsable de la construcción del Gran Colisionador de Hadrones, y el doctor Markus Nordberg, el coordinador de los recursos entre los distintos países involucrados. Con la doctora Dova como anfitriona, el grupo se reunió el lunes pasado con las autoridades del CONICET La Plata y el Instituto de Física como parte de una serie de entrevistas programadas para el documental.

MAS ALLA DE RECURSOS HUMANOS

«Queremos mostrar los beneficios del proyecto en distintos aspectos. Y es que más allá de la formación de recursos humanos -que se da desde el momento en que cada país envía físicos, ingenieros o informáticos a trabajar y formarse en un laboratorio de vanguardia- se produce además una diversidad de otros efectos», asegura Millington.

Sucede que «un proyecto de la escala de Atlas implica trabajar en los límites de la ciencia y la ingeniería, buscar nuevas soluciones en electrónica y comunicaciones -agrega-. Y esos desarrollos se vuelcan luego sobre la sociedad y la industria», señala el responsable del documental, quien menciona que uno de ellos fue nada menos que www, el protocolo que permitió la masificación de internet.

Es que si bien internet nació como una herramienta del ejército norteamericano, el protocolo www fue inventado por el CERN para solucionar precisamente una necesidad que planteaba la investigación en física de altas energías durante la construcción de su Acelerador anterior a «La Máquina de Dios».

«Sin duda el proyecto produjo un impacto que puede observarse ya en el medio educativo. El hecho de que tengamos un grupo participando de lo que es el experimento físico más importante que existe hoy en el mundo genera un enorme prestigio y una gran motivación entre los estudiantes. En los últimos años, muchos de ellos se han acercado al grupo para buscar la posibilidad formarse en él»; señala el doctor Luis Epele, director del Instituto de Física de La Plata.

Pero lo cierto es que «el impacto podría ser todavía mayor», agrega Epele. «Aspiramos a poder participar en la construcción de hardware dentro del experimento, un desarrollo que a ese nivel realizan físicos con el apoyo de ingenieros y que podría significar un aporte trascendental para la industria de nuestro país», dice.

Fuente: El Día