Sin fondos para afrontar el conflicto con los municipales y tras un pedido de Rosada, se fue Raúl Cantín.
Después de un paro de 124 días de los empleados municipales, con una ciudad sumida en el caos y sin respaldo político ni económico de Máximo y Cristina Kirchner, el intendente de Río Gallegos, Raúl Cantín, renunció a su cargo y le dejó pasó a Pablo Grasso, presidente del Concejo Deliberante y dirigente cercano al líder de La Cámpora.
Pero la crisis era inocultable. Con 124 días de paro, Río Gallegos está cubierta de basura y con constantes manifestaciones de los trabajadores municipales (que reclaman que cumplan con un aumento salarial del 15%), que incluso habían escrachado esta semana a la hija de Cantín. Para evitar cualquier inconveniente, Cristina ordenó un fenomenal operativo de la Gendarmería para evitar piquetes o que los trabajadores en conflicto se acerquen al lugar donde realizó su acto.
Las horas de Cantín (pariente de Lázaro Báez) estaban contadas y pese a que Máximo pidió en entrevistas radiales que no renuncie, este mediodía efectivizó su salida. Según el diario Nuevo Día, una vez concluido el acto de ayer, el hijo de la Presidenta mandó al diputado provincial Matías Bezi a pedirle que se vaya por el “malestar presidencial” con la situación caótica en la que está sumida la ciudad. Bezi, amigo de Máximo, fue el mismo que el lunes frenó la renuncia.
Para frenar la salida anticipada de Cantín, a comienzos de la semana habían llegado al municipio 15 millones de pesos para que los trabajadores cobren una parte de los salarios y el tenor de la protesta disminuya. Pero ni Daniel Peralta ni Cristina se comprometieron a enviar el resto de los fondos para pagar los sueldos o el aumento que reclamaban los municipales. Sin plata, la salida del intendente era inevitable.

Ahora, Máximo podrá contar en la campaña con un jefe comunal mucho más afín. De hecho, fue Pablo Grasso quien a inicios de mes compartió con el hijo de la Presidenta su primer acto de campaña, donde le pegaron a Cantín. Grasso preside el Concejo Deliberante y será candidato a intendente en octubre.
Como no podía ser de otra manera, para completar la maniobra Grasso asumirá la intendencia de Río Gallegos con la promesa de Máximo de tener flujo de fondos nacionales para hacer frente a una administración en llamas y tratar de terminar con el conflicto de los municipales.
