“Joven argentino, si tienes más de 18 años, secundario completo y te gusta el recontraespionaje, no lo dudes, acércate a la AFI y conviértete en espía”.
El Gobierno publicó ayer su Nueva Doctrina de Inteligencia Nacional, un documento que tiene en total 409 páginas y que no sólo establece a qué va a dedicarse la nueva Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex Si, ex SIDE) sino también cómo se va a organizar, cuánto y cómo van a cobrar sus agentes, cuándo se pueden jubilar, qué licencias van a tener (la de paternidad es de 15 días) y, entre otras cosas, cómo van a entrar y formarse esos profesionales.
Para convertir a los becarios candidatos en espías –el término correcto es agentes de inteligencia, en escalafón de inteligencia, seguridad o apoyo-, la Nueva Doctrina establece pautas sobre el funcionamiento de la también flamante Escuela Nacional de Inteligencia (ENI), losrequisitos para el reclutamiento y lineamientos sobre el contenido de los cursos de formación.
La primera buena noticia para quienes quieran dedicarse al espionaje –en inteligencia, como custodios o como apoyo (administrativos, docentes o investigadores)- es que ya al entrar a los cursos van a empezar a cobrar un “estímulo” (dixit) que hoy ronda los $ 7000 por mes. Otra buena noticia es que, si se apuran, el curso de ingreso va a ser más corto que si demoran su decisión. La mala noticia es que si entran y abandonan el curso, van a tener que devolver lo que el Estado invirtió infructuosamente en ellos.
La ENI tendrá un director ejecutivo que debe ser nombrado por el director general de la AFI (hoy Oscar Parrilli), una dirección de planificación estratégica, otra de asuntos académicos y otra de gestión administrativa. Para cumplir su función, tiene permitido cerrar convenios con universidades y centros de estudio del país o el extranjero.
La selección de los futuros espías
Ya sea en el escalafón de inteligencia, el de seguridad o el de apoyo, la convocatoria para los aspirantes debe realizarse “exclusivamente mediante universidades nacionales”.
Los candidatos deben cumplir una serie de requisitos: ser argentinos nativos o naturalizados;mayores de 18 años con título secundario (para las tareas profesionales de “apoyo” el mínimo es 25 años, con entre 3 y 6 de experiencia en el área y título terciario o universitario), y no haber sido separados por sumario de la administración pública, sancionados por las fuerzas militares o de seguridad, condenados (ni indultados) por crímenes de guerra o violaciones a los derechos humanos ni por ningún delito doloso.
Si cumplen esos requisitos, deben superar luego el proceso de selección “en base a criterios de idoneidad, mérito y capacidad” y a la aptitud psicofísica y técnica, analizada en pruebas y entrevistas del área de Recursos Humanos de la AFI.
Superados esos trámites, los aspirantes a espías se convierten en becarios, con ART y una suerte de sueldo –“asignación estímulo”, equivalente a 1,5 salario mínimo vital y móvil- que cobrarán mientras asisten al Curso de Formación Básica Inicial, que por ahora estará de oferta en modalidad intensiva y abreviada.
Superada esta nueva prueba, ahora sí, los aspirantes podrán convertirse en empleados de la ex SIDE… siempre que el cupo lo permita.
El curso FBI
La formación varía según a cuál de los tres escalafones aspire el candidato becario (inteligencia, seguridad y apoyo). El más extenso y completo es el de inteligencia, pero en esa área también son algo mayores los sueldos iniciales, con excepción de los de los agentes de apoyo que entren a la AFI con formación terciaria y/o universitaria previa.
El curso FBI de los tres escalafones difiere ligeramente en los contenidos.
El escalafón de “inteligencia” arranca con un Módulo General de Inteligencia que dura cinco meses y tiene un “bloque introductorio” integrado por cuatro “núcleos” de conocimiento (legal-institucional, político institucional, problemáticas criminales y problemáticas defensivo militares) y un bloque de “orientación” con la información dividida en tres núcleos (técnico-profesional general, técnico-profesional especial y ético-profesional).
El Módulo General de Defensa, en cambio, dura cuatro meses, su “bloque introductorio excluye las problemáticas defensivo militares y tiene un bloque de especialización articulado en torno a los mismos tres núcleos (técnico-profesional general, técnico-profesional especial y ético-profesional).
El escalafón de “apoyo” arranca también con un Módulo General de Inteligencia, pero tiene sólo los dos primeros núcleos del “bloque introductorio” y dura dos meses.
Los tres escalafones terminan con un “módulo de residencia” que dura tres meses durante los cuáles deben realizar tareas específicas de su especialidad, monitoreados por un tutor, y que constituye el período de aprobación final.
Pero los “espías-espías” -los del escalafón de inteligencia- deben realizar en el medio dos módulos de especialización que duran en total otros cuatro meses: uno es sobre “recolección” de datos e información; el otro, sobre “análisis” y sistematización de la información.
Estudio intensivo
Así es que, en períodos normales, los candidatos a “inteligencia” deben cursar en total 12 meses; los de seguridad, siete; y los de “apoyo”, cinco. De todos modos, como la AFI está en período de formación, una serie de artículos transitorios de la NDIN permiten que, para la “incorporación extraordinaria” de agentes, el director de la AFI (o sea, Parrilli) declare la modalidad de cursos intensivos de tres meses en los tres escalafones.
El que no termina el curso, tiene que devolver la plata. Y el que lo termina y entra a la AFI está obligado a trabajar ahí por lo menos tres años.
Quedó dicho: “Joven argentino, si tienes…”.
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