Irak intenta recuperar Ramadi, la ciudad que cayó en manos de Estado Islámico

Las milicias chiitas y las fuerzas de seguridad iraquíes lanzaron una ofensiva en la estratégica localidad ubicada a 100 kilómetros de Bagdad, controlada desde el fin de semana por los jihadistas.

-Las milicias chiitas llegaron hoy a Ramadi para ayudar a las fuerzas de seguridad iraquíes a retomar la estratégica ciudad, que los jihadistas del Estado Islámico (EI) lograron controlar el fin de semana.

La pérdida de la ciudad, a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, es la peor derrota militar que ha sufrido el ejército iraquí desde que se inició a principios de año la ofensiva para detener el avance de los jihadistas.

El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, Estados Unidos y las autoridades religiosas sunnitas de la provincia de Al Anbar, donde se encuentra Ramadi, han sido reticentes a que los grupos apoyados por Irán se desplieguen en la zona.

Precisamente hoy, el ministro de Defensa iraní, Hosein Dehghan, llegó a Bagdad para reunirse con su homólogo iraquí, en una visita prevista desde hacía varios días.

Hasta ahora, Irak y Estados Unidos han optado por favorecer el desarrollo de fuerzas locales, pero los líderes de las milicias afirmaron hoy que en los últimos días quedó claro que el gobierno no puede prescindir de las Unidades Populares de Movilización, que agrupan a milicias y a voluntarios.

Hadi al-Ameri, comandante de la poderosa milicia chiita Badr, dijo que las autoridades de Al-Anbar debieron aceptar su ofrecimiento antes.

Según expresó Ameri a la cadena de televisión del grupo, considera a las autoridades como «responsables de la caída de Ramadi porque se opusieron a la participación» de las Unidades Populares de Movilización.

CONTROL TOTAL

Estado Islámico afirmó haber tomado el control total de la ciudad iraquí de Ramadi ayer, en un comunicado difundido en foros en internet. El grupo utilizó varios coches bomba con suicidas para penetrar en barrios controlados por el gobierno el jueves y el viernes.

La bandera negra del grupo ondeaba sobre el centro de operaciones de la provincia de Al Anbar y miles de personas huyeron de la ciudad.

 
Miles de sunnitas escaparon de Ramadi ante la llegada de Estado Islámico. Foto: Reuters 
 

Según las autoridades locales, unas 500 personas murieron en los tres días que duró el asedio.

Las tensiones entre Teherán y Washington, principales aliados de Bagdad en la lucha contra el EI, ya se hicieron visibles el mes pasado en la operación en la que el gobierno logró recuperar Tikrit.

Ahora, la caída de Ramadi y la expansión del EI en la provincia de Al-Anbar parecen una creciente amenaza para Kerbala, ciudad santa para los chiitas y cuna del cisma entre ambas corrientes del islam.

OPTIMISMO DE EE.UU.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo hoy que confía en que la captura Ramadi por parte del Estado Islámico será revertida en las próximas semanas.

«Estoy convencido de que a medida que las fuerzas sean redistribuidas y con el paso de los días en las próximas semanas eso va a cambiar, ya que en general han sido repelidos (…) Estoy absolutamente seguro que en los próximos días la situación será revertida», agregó el diplomático desde Corea del Sur.

El sábado, funcionarios estadounidenses dijeron que fuerzas especiales habían realizado una incursión dentro de Siria que mató a Abu Sayyaf, un hombre identificado como un líder de alto rango del Estado Islámico. Kerry dijo que el ataque había eliminado a un «líder importante» y resultó en «una ganancia significativa de inteligencia».

Agencias EFE, AFP y Reuters