Se resolvió que el imputado, si bien corría una carrera con otro automovilista, no tuvo la intención de matar al chico de 16 años
«No lo puedo creer. Siento mucha impotencia», fueron las primeras palabras que la mamá de Lautaro Juárez, María Angélica Guaraz, pronunció apenas se enteró de que el joven que atropelló y mato a su hijo, de 16 años, el domingo 5 de abril en Haedo, Diego Cuevas, era excarcelado.
Disconforme con la decisión judicial, la mujer y su esposo, consternados, se congregaron frente a los tribunales de Morón. Hasta allí se acercaron un centenar de familiares, amigos y vecinos de los tres jóvenes que también fueron atropellados por el imputado y todavía siguen internados. Anoche se produjo una nueva manifestación, pero donde ocurrió el accidente, en Haedo.
Ayer, la Justicia resolvió otorgarle la libertad a Cuevas, luego de que se modificara la carátula del expediente que en principio fue calificado de homicidio simple a homicidio culposo con lesiones graves por considerar que el imputado no tuvo la intención de matar.
El fiscal Alejandro Jons, a cargo de la investigación, había pedido la detención del hombre bajo la acusación de homicidio simple con dolo eventual.
Aunque el joven quedó en libertad, por ahora, no podrá conducir. Así lo decidió la Justicia de Faltas luego de que la municipalidad de Morón, con jurisdicción en el domicilio del acusado, actuara de oficio y solicitara la inhabilitación de la licencia de Cuevas por contravención a la ley nacional de tránsito 24.449 que castiga el exceso de velocidad y cantidad de personas que viajaban en el vehículo.
Cuevas fue excarcelado ayer luego de que se notificara formalmente la resolución emitida por el juez de Garantías N° 4 de Morón, Alfredo Meade. En sus argumentos, el magistrado consideró que era necesario el cambio de carátula de la causa de homicidio simple a homicidio culposo con lesiones graves por considerar que «el dolo de matar no se advirtió de ningún modo».
Meade se refirió a la actitud de Cuevas. «Lamentablemente, algo tarde, afrontó las consecuencias que con su ilegítimo accionar había generado», expresó el magistrado. Además, el juez hizo mención al testimonio de dos de los acompañantes del conductor del Nissan Tiida, que indicaron que «le dijeron a Diego que iban muy rápido».
Si bien todavía no estaban los resultados del test de alcoholemia, uno de los jóvenes que acompañaban al conductor acusado «relató con lujo de detalles las ingestas previas del grupo».
El abogado defensor del imputado, Marcelo Mazzeo, dijo: «El juez tuvo en cuenta que la libertad de Cuevas no puede entorpecer la investigación».
Tanto el fiscal del caso, Jons, como la querella apelarán, en los próximos días, el fallo del juez Meade. Mientras que Mazzeo insistió ayer en que su defendido «no corría picadas».
Sumida en el dolor y el llanto, la madre de la víctima expresó a este diario que si no se esclarecía la muerte de su hijo Lautaro, ella se vería obligada a hacer «justicia por mano propia».
Detrás de ella estaba uno de sus ocho hijos. Bárbara, de 13 años, que vestía una remera blanca con el rostro de Lautaro: «Extraño las cosas lindas que pasé con él. Nos llevábamos muy bien», susurró a LA NACION, mientras exhibía una pancarta que reclamaba por justicia para su hermano y por su primo José Manuel Lastra, de 16 años, uno de los tres heridos que aún se encuentran internados..
Fuente: La Nación