Tunecinos decididos a seguir protestas, pese a represión policial

Túnez, 24 ene (PL) Manifestantes de varias regiones de Túnez prometieron hoy continuar las protestas callejeras en esta capital hasta conseguir la depuración del gobierno de unidad, pese a la represión de las fuerzas de seguridad, que utilizaron gases lacrimógenos.

Campesinos, residentes en localidades del interior, ciudadanos comunes y sindicalistas prosiguieron las concentraciones en la Kasbah, la zona antigua de Túnez capital donde se ubica el palacio de Gobierno, aunque fueron desalojados por la fuerza de los alrededores de esa sede oficial.

Al clima de convulsión social se unieron los maestros de distintas regiones del país, que se declararon en huelga para patentizar también su repulsa al gabinete de unidad, y pidieron su disolución para formar otro de salvación nacional.

En los choques de hoy con las fuerzas policiales, los inconformes lanzaron piedras contra ventanales del Ministerio de Finanzas, pero tuvieron que replegarse por los gases lacrimógenos, aunque dejaron pintadas en las paredes con frases de «viva la revolución» y «abajo la dictadura».

Otros puntos de la ciudad tenían huellas de la irritación popular con varios carros policiales dañados y negocios cerrados, mientras comerciantes declaraban a la televisión estatal su preocupación porque pueda prolongarse el clima de inestabilidad en esta nación norafricana.

Testigos dijeron a Prensa Latina que la población residente en la zona se solidarizó con la multitud desde la noche anterior suministrándole mantas, colchonetas, té y café, así como alimentos mientras presionaban por la renuncia del primer ministro interino, Mohamed Al-Ghannouchi.

Los descontentos con la composición del nuevo Ejecutivo se emplazaron desde ayer en inmediaciones del citado palacio para reclamar también la salida de otros ministros vinculados con el derrocado presidente Zine El-Abidine Ben Ali.

Tras protagonizar la que bautizaron como Caravana de la Liberación, los manifestantes marcharon por el centro de la ciudad y se nuclearon con los convocados también por el mayor sindicato del país, la Unión General de Trabajadores Tunecinos.

Varios participantes en la demostración calificaron de criminales a Al-Ghannouchi y a los ministros de Defensa, de Interior y de Relaciones Exteriores, considerados estrechos colaboradores de Ben Ali, al tiempo que denunciaron un alegado intento de desvirtuar la llamada Revolución Jazmín.

La creciente presión contra Al-Ghannouchi puso contra las cuerdas a las autoridades provisionales, particularmente en un día en que los estudiantes debían regresar a clases después de semanas de violentos enfrentamientos que dieron al traste con el régimen de Ben Ali.

Fuente: Prensa Latina