Lisboa, 24 ene (EFE).- Conservador, estricto y de fuertes convicciones morales, Aníbal Cavaco Silva, de 71 años, cumplió todos los pronósticos y continuará en el Palacio de Belem cinco años más, tras su clara victoria en los comicios presidenciales del domingo.
El estilo y el discurso del líder histórico del centroderecha luso, con una amplia experiencia política, volvió a convencer a la ciudadanía, preocupada por las medidas de austeridad y la fragilidad financiera del país, que desestimó las muchas acusaciones lanzadas en la campaña contra Cavaco por sus cinco rivales.
Nacido en el pequeño pueblo de Boliqueime, en la comarca sureña del Algarve, el «profesor-doctor Cavaco», como se le conoce popularmente, es economista de formación, y completó su currículo académico en el Reino Unido.
Fue director del Gabinete de Estudios del Banco de Portugal, consultor en esta misma institución y docente en varias universidades lisboetas, así como autor de varios libros -algunos de ellos escritos en inglés-, siempre de temática económica.
Una vez llegada la democracia con la Revolución de 1974, comenzó su carrera política en 1980, cuando fue nombrado ministro de Finanzas en el Gobierno de Francisco Sá Carneiro.
Cinco años después era elegido primer ministro de Portugal en las urnas por el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), cargo que desempeñó durante una década y le convierte todavía hoy en la persona que más tiempo pasó en el cargo desde el fin de la dictadura de Antonio Oliveira Salazar.
En este período también ocupó la presidencia del PSD, hoy principal grupo de la oposición al Gobierno socialista del primer ministro José Sócrates.
Cavaco Silva decidió no presentarse a las elecciones legislativas de 1995, aunque sí lo hizo a las presidenciales de un año después, en las que perdió frente al aspirante socialista, Jorge Sampaio.
En ese momento abandonó la política activa y se mantuvo en un discreto segundo plano, dedicado a su trabajo como profesor universitario, hasta que en 2006 volvió a presentarse a los comicios para Jefe de Estado.
Venció en la primera vuelta con el 50,5 por ciento de los votos, el margen más estrecho de la historia de las elecciones presidenciales en Portugal, superando al candidato apoyado oficialmente por el Partido Socialista, Mário Soares, así como al entonces independiente Manuel Alegre.
Como presidente de Portugal en el último lustro, Cavaco obligó a revisar con su veto las leyes más polémicas aprobadas por los socialistas, como la ampliación de la autonomía de las islas Azores, el matrimonio homosexual, el divorcio sin consentimiento mutuo o la despenalización del aborto, entre otras.
La relación con Sócrates del muy católico Cavaco comenzó siendo fluida y se ha ido deteriorando con el tiempo y tampoco tiene una estrecha vinculación con el actual presidente del PSD, Pedro Passos Coelho, considerado una figura ajena a la corriente del jefe de Estado en su partido.
Campeón en su juventud de los 110 metros vallas, Cavaco se enfrenta ahora al reto de que su país consiga evitar tener recurrir a la ayuda financiera externa.
La deuda soberana de Portugal está bajo presión en los mercados por el recelo que despierta su alto déficit público y la debilidad de su economía a la hora de hacer frente a sus compromisos financieros.
Cavaco anunció tras proclamarse ganador de los comicios del domingo que el desempleo, la pobreza, la lucha contra el endeudamiento externo y el aumento de la competitividad de la economía lusa serán sus grandes objetivos como jefe de Estado.
Aunque la Constitución lusa deja poco margen ejecutivo al presidente de la República, cuya principal función es sancionar las leyes y convocar elecciones, Cavaco se declaró dispuesto a ejercer una «magistratura de influencia» y cooperar con el Ejecutivo en la solución de los graves problemas de Portugal.
Fuente: EFE