Los secuestradores las prefieren a… ellas

Aseguran que las bandas de raptos exprés eligen a las víctimas mujeres porque son más fáciles de reducir y luego genera mayor dramatismo en las familias, acelerando el cobro de los rescates

Casos testigos y resonantes: en las últimas horas, una mujer de 60 años estuvo privada de su libertad en mano de los captores durante tres horas hasta que sus familiares pagaron un rescate de 250 mil pesos. En otro hecho, la prima de la vedette Victoria Xipolitakis fue “levantada” por unos delincuentes en un auto, que la “pasearon” hasta que su familia pagó el rescate. Los casos se multiplican. Los secuestros de mujeres son los más elegidos en la actualidad por bandas de asaltantes que se hacen de fuertes sumas de dinero a cambio de la vida de la persona que tienen en cautiverio.

En el caso de Gladys, una comerciante de 60 años que el jueves sufrió un cautiverio en Villa Martelli durante tres horas mediante todo tipo de amenazas, pudo salvar su vida gracias a que su familiar llegó a pagar la mitad del medio millón que los exigían los secuestradores.

En estos hechos, igual que el reciente caso de la prima de Victoria Xipolitakis, ocurrido en Lanús, los especialistas aseguran que las bandas de raptores eligen como víctimas a las mujeres con el objetivo de acelerar la resolución.

«Los grupos dedicados a los raptos exprés se vuelcan por víctimas mujeres porque, en principio, son más fáciles para reducir cuando realizan el abordaje, y luego genera mayor dramatismo en las familias, entonces el cobro de los rescates se agiliza notablemente», aseguró Néstor Fortunato especialista en seguridad.

En el secuestro de Gladys, en Villa Martelli, la liberación se produjo luego en Moreno. Se inició a pocas cuadras de su domicilio donde fue interceptada por sujetos que vestían uniformes policiales y se movilizaban en dos vehículos.

El auto Smart de Gladys fue abandonado a pocas cuadras; luego de «tres horas de negociaciones», se pagó un rescate de 250 mil pesos en la zona del puente de La Noria y finalmente la comerciante apareció a salvo en Moreno.

En tanto, el secuestro Melina Moriatis, la prima de la vedette Xipolitakis, se produjo cuando la víctima estaba en la calle, a diez cuadras de su domicilio. Allí la interceptó un auto y a punta de pistola la hicieron subir.

Según contó la propia vedette, a su prima “la pasearon y la llevaron a un galpón, con la cabeza gacha, no la dejaban mirarlos y mi tío fue a pagar el rescate, le dijeron “si no tenés plata pedile a la Xipolitakis”. En 2014, el papá de la vedette sufrió un episodio similar.

“Buscan el punto débil”

Para el criminalista Roberto Locles, «las bandas van mutando su accionar, cambian estrategias para sorprender, y es justamente esto lo que se observa respecto a los raptos exprés con mujeres. Actualmente se trata de un tipo de delito que para ellos es muy remunerativo».

«Los grupos buscan el punto débil y se acomodan a la coyuntura. No hablamos de bandas enormes, ultra organizadas. Sino de delincuentes que llevan a cabo golpes rápidos. Con las mujeres como víctimas lo que se logra es que sea más fácil la negociación con la familia. Hay un tema de género ahí. Crece la angustia y desesperación familiar si la víctima es mujer», manifestó Locles.

Correr y gritar pidiendo ayuda

El especialista en seguridad Néstor Fortunato precisó que «al transitar, como peatonas o conduciendo un rodado, es importante que se reaccione rápido ante un movimiento sospechoso, tratando de evadir el abordaje, corriendo o gritando pidiendo ayuda, nunca por un delito sino asegurando que hay un incendio, porque así la gente puede colaborar». Y añadió: »Si el contacto se hizo inevitable, recomiendo arrojarse al piso, y trabarse con el delincuente todo el tiempo que se pueda. Eso es tiempo. Y los delincuentes no tienen mucho para ejecutar el rapto. Si hay armas, sobre todo de fuego, hay que evitar reaccionar y mantenerse en calma».

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