Tras la baja de 5% en enero, ayer se vieron ajustes de 0,8%. YPF lideró la suba y el resto de las firmas la siguió.
La rebaja de 5% en el precio de las naftas, que el Gobierno anunció a fines de diciembre, duró solo seis semanas. Desde ayer, las petroleras dispusieron un incremento del 0,8% en el valor de los combustibles. Será el primero de varios (al menos, tres) que aplicarán durante este año, según los planes de las compañías.
A contramano del mundo –en Estados Unidos, los precios de la nafta al público bajaron más de un 50% desde junio– la industria local prefirió ser subsidiada por los consumidores para “mantener los niveles de actividad”. En el aumento de ayer, la suba fue de entre 8 centavos ($ 11,31 a $ 11,39 el litro de súper) a 10 centavos (de $ 12,74 a $ 12,84 la premium) para las estaciones de servicio de YPF en la ciudad de Buenos Aires. En el conurbano y en el interior, los precios son más elevados.
Aunque en la industria no hubo muchas explicaciones sobre esta suba, la justificación vino por el lado del tipo de cambio. “Desde el último cambio de precio (el 1 de enero), el peso se devaluó un 1,6% contra el dólar. Que se aplique una corrección de 0,8% es menos que la devaluación”, justificaron en una compañía donde pidieron no ser mencionados.
Junto con la baja de las naftas del 5% de enero, la industria local acordó pagarle US$ 77 el barril de petróleo a los productores, una disminución del 10% respecto de los US$ 84 que venía abonando hasta diciembre. Ayer, el barril del WTI cerró a US$ 51,3, mientras que el Brent se ubicó a US$ 57. Este último sirve de referencia para los exportadores, que tienen retenciones móviles en función de esa cotización.
Sobre el aumento de ayer, en el sector aseguraron que no será el único del año. A medida que el peso se devalúe frente al dólar habrá más correcciones, ya que los precios de la industria se rigen por la moneda estadounidense. En el sector no les gusta decirlo en público, pero estiman un mínimo de tres incrementos para este año. En 2014, hubo cinco subas. Si el peso se devalúa entre 12% y 15%, las petroleras aplicarán incrementos que sigan ese sendero.
El alza que arrancó ayer fue dispuesta por YPF, pero imitada por otras petroleras. Al respecto, había dos versiones. En una compañía dijeron que YPF les había avisado del aumento que planeaba hacer y había invitado al resto a sumarse, algo que aceptaron en una suerte de acción concertada. Pero en otra firma que también tiene surtidores expresaron que YPF decidió por su cuenta y que las demás la siguieron y no fueron consultados.
A fines de 2014, las petroleras y el Gobierno habían acordado la rebaja del 5%. El Poder Ejecutivo disminuyó impuestos y las compañías acordaron pagarle menos a los proveedores. Igual, el precio de nafta quedó entre los más caros de América. Está a casi US$ 1,50 (US$ 1,48 la premium en las YPF porteñas). En South Beach, la zona más cara de Miami, el litro –provisto por Chevron, socio local de YPF– está a US$ 0,87.
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