Piparo: “Estoy cansada, los derechos son para los delincuentes”

Luego de conocer la reducción de pena a los condenados por haberla baleado en una salidera bancaria, Carolina dijo que “tiene muchísimo miedo” y que le da “mucha tristeza que la inseguridad siga siendo igual»

Todo delito tiene una víctima. Y Carolina Piparo es el emblemático rostro de uno de los crímenes más salvajes de los últimos tiempos, por el que falleció su bebé Isidro tras ser baleada en una salidera en el banco de 7 y 42. En este caso se da una doble victimización: además de la delictual, la institucional, donde el sistema judicial reabrió sus heridas con un polémico fallo que redujo las condenas de los acusados.

Carolina confesó ayer que está «cansada», con «muchísimo miedo», y lamentó que «los derechos» sean «para los delincuentes» a raíz del controvertido fallo que emitió la Sala III de la Casación presidida por el juez Víctor Violini.

«Me da mucha tristeza que la inseguridad siga siendo igual, que a nadie le preocupe, que parece que le pasa a cinco personas cuando en realidad nos pasa a todos, que parece que uno habla otro idioma o está en contra de algo, como si uno hubiera elegido ser víctima. Es terrible, terrible», lamentó Carolina, con la voz entrecortada.

Tal como anticipó Trama Urbana, la Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense, con sede en La Plata, le redujo el martes penas de prisión perpetua a los cinco condenados por balear a Carolina en una salidera bancaria en julio 2010.

En aquel momento, la joven mujer estaba embarazada. El disparo causó días después la muerte a su bebé, Isidro.

En un fallo dividido la Sala III de Casación resolvió reducir las penas de perpetua a condenas que van de entre 23 y 25 años para los cinco hombres sentenciados en un juicio oral y público en 2013, al desestimar la figura de «criminis causa» en el delito de «homicidio en ocasión de robo» que había impuesto el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de La Plata.

«Lamentablemente, no estoy sorprendida, estoy agotada, esa es la palabra. Cuando pasa un hecho tan grave, uno sabe que el dolor es infinito, pero que nunca se va a acabar en los hechos. Es tan discutible el daño, el asesinato, tantas personas velando por los derechos de los delincuentes, y tan pocas por los derechos de las víctimas, que cansa», expresó la mujer.

Según dijo, está «con muchísimo miedo. Hace poco robaron en la casa de mi hermano, llegó la Policía, nos decían la cantidad de delincuentes que nos rodean, es inimaginable que la Policía nos diga eso. No soy ingenua y sé que no se puede cambiar de un día para el otro, pero sí creo que tenemos que empezar y no veo esto, no veo a nadie empezando, y eso es lo desesperante», aseveró.
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