¿Es una pose?

Erviti se mostró más diplomático pero su relación con Portell no tiene retorno. En Boca siguen agazapados…El triángulo amoroso que forman Ameal, Portell y Erviti y que ahora ya es un cuadrado porque entró a jugar Diego Maradona, parece haber parado la pelota.

Ambos dirigentes se llamaron a silencio después de las declaraciones del jugador el martes y del escándalo en el entrenamiento. El mismo Erviti, ayer, intentó bajarle un cambio más a la situación: se entrenó, hizo un reducido y pareció mandarle un mensaje a la gente de Banfield. Sin embargo, la calma que reina en el culebrón estival no parece real: da la sensación de que a esta novela le falta un final. ¿Será tan sólo una pose? “Hay mucha mentira en todo esto. Después la hinchada de Banfield termina puteando a Erviti, y la de Boca enojada con él. Que lo dejen jugar”, pidió Maradona ayer. Eso hizo Walter ayer en el entrenamiento, el día después de haber confesado que su relación con el presidente del club “está terminada”. Lejos estuvo de ser una práctica polémica como la del martes: el volante, de buen humor y relajado, participó del cuadrangular de fútbol reducido junto con el resto de sus compañeros. Y no sólo eso: su equipo fue el ganador de todos los partidos y fue campeón del mini torneo junto a Santillo, Solignac, Segovia, Barbaro, Quinteros y Bustamante.

Más tarde, Walter le puso hielo a la situación pero con sus declaraciones: “La charla con Diego fue importante. Agradezco que me haya apoyado y tratado de guiar. Me dijo que mantuviera la calma, que piense en jugar. Me levanté más tranquilo, pensando en lo que tengo que hacer en la cancha”, relató. Sin embargo, reiteró su enojo: “Mi malestar no es por no ir a Boca, sino por la manera en la que nos hemos manejado, y me incluyo. Lo quiero terminar porque esto no le sirve a nadie. Mi deseo no es irme de Banfield, nunca lo exigí. He sido sincero y frontal, me duele el manoseo que hubo”, explicó.

Sin embargo, más allá de la calma que trajo Maradona (si, no es chiste) y de las palabras de Erviti, Julio Falcioni no se da por vencido. Hasta Riquelme confesó que quiere jugar con él. Quizá la calma sea tan sólo un anticipo de que algo está por pasar. En Boca aún sueñan…

Fuente: Olé