NO LO DEJEMOS PASAR: EN ARGENTINA NADIE SE MUERE DE HAMBRE, SE MUEREN DE «ENFERMEDAD»

La forma de trabajo K es simple, «si hay problemas se los niega y se toquetean los números». Así se las ingenian Jorge Capitanich y Cristina Fernández para poder jactarse de que en Argentina nadie muere de hambre, o al menos eso es lo que dicen los documentos.

Esta semana tuvo lugar un hecho que conmocionó al país, un niño Qom muerto en Chaco por Tuberculosis y desnutrición. En la misma tierra del encargado de salir cada semana a decirnos que en la Argentina K todo va viento en popa.

Como puede leerse la partida de defunción del pequeño Néstor Femenía, indica como causa oficial de su muerte «enfermedad». Ni siquiera se molestaron en inventarle alguna definida. Tan creíble como el título de abogada de la Presidenta. El niño tenía sólo siete años de edad y pesaba veinte quilogramos al momento de su muerte.

acta nestor

La pregunta es, si nadie se muere de hambre en Argentina ¿Cuántos se mueren por «enfermedad»? Deben ser unos cuantos pero ¿Quién sabe? Si el gobierno manipula la inflación morbosamente en la cara de todos, y se jacta de sus triunfos por cadena nacional, es imposible predecir hasta dónde llegan los índices reales de hambre y desnutrición. Lo que sí se puede hacer es explicar cómo se toquetean los números.

En una nota del día de ayer del diario Tribuna de Periodistas, una nota de Carlos Forte indicó que el problema el flagelo de la desnutrición infantil en el Norte Argentino había sido advertido por un médico tucumano llamado Eduardo Gómez Ponce a mediados del 2013.

De acuerdo al médico el Ministerio de Salud de la Nación prohibió el uso del diagnóstico «desnutrición» y reemplazó el término con ‘bajo peso’, de ésta forma las estadísticas oficiales le permiten a Cristina negar que alguien muera de hambre en Argentina y a Capitanich hablar de un «hecho aislado».

“A partir de entonces, los médicos del sistema público de salud quedaron obligados a ignorar para el diagnóstico el factor edad de los niños, teniendo en cuenta únicamente la relación entre su estatura y su peso. Antes evaluábamos a los niños con riesgo nutricional de acuerdo a su edad. Ahora podemos tener a un niño cuyo peso es acorde a su estatura, pero no acorde a sus seis años, sino, por ejemplo, a uno de tres años”, explicó Ponce al respecto del cambio en la metodología de medición.

“Más allá de que no haya llegado la mano del Estado, la mano del Estado llega si la propia comunidad lo permite, el pueblo Qom tiene liderazgos y el líder del pueblo es responsable de quienes lo conforman» agregó la ultra K, Diana Conti, sumándose a la «lavada de manos».

Está claro que el hambre y la pobreza en el Norte del país es una deuda que viene desde hace décadas. En esta última (la “ganada”) no solamente no se avanzó en la resolución de la problemática sino que se hizo algo peor, una canallada: se ocultó. Pero la realidad es que hoy por hoy el Estando no cumple con la Convención Internacional de los Derechos del Niño que es ley y está en la Constitución Nacional.

Este tema va a salir de agenda, pero no lo dejemos pasar. A algunos de nosotros pueden decirnos que hay una inflación del 3,5% mientras pagamos aumentos cuatro o cinco veces por año. Pero algunos compatriotas se están muriendo de hambre mientras nos dicen que fue una «enfermedad».