Guerrilla mata a cuatro por bombazo en Paraguay

El grupo guerrillero Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) se responsabilizó por el ataque a una comisaría en el que cuatro policías resultaron heridos, el tercer atentado con explosivos en menos de una semana.

Una bomba estalló el domingo cerca de la medianoche en una estación de policía en el pueblo de Horqueta, 440 kilómetros al norte de la capital paraguaya, y destruyó una camioneta patrullera, informó el comisario Carlos Aguilera, director policial de la zona.

El EPP se atribuyó el ataque en un panfleto escrito a mano en el que señaló:
«Nuestros muertos están más vivos que nunca. Que viva los gloriosos y heroicos camaradas. No olvidaremos ni perdonaremos. Que olviden la palabra clemencia. Cobraremos caro el festival de torturas y el asesinato de nuestros camaradas Aníbal y Simón».

La nota llevaba impresa la fotografía de Simón, cuyo nombre verdadero era Gabriel Zárate Cardozo, muerto siete meses atrás en un enfrentamiento con fuerzas especiales de la policía en Canindeyú, 490 kilómetros al norte de Asunción. El «camarada Aníbal», alias de Nimio Cardozo Cáceres, murió en otra refriega con policías también en Canindeyú.

El manuscrito fue encontrado a unos cien metros de la comisaría de Horqueta tras la explosión del artefacto, aparentemente de fabricación casera.

El ministro del Interior Rafael Filizzola dijo en conferencia de prensa que «la bomba fue de gran poder porque las viviendas particulares, vecinas a la comisaría policial, sufrieron daños materiales».

Agregó que «para el gobierno éste fue un atentado criminal con características terroristas» pero calificó al EPP como «una banda de delincuentes». La posición del gobierno del presidente Fernando Lugo de calificar al EPP como un grupo de delincuentes obedece a que si lo considerase una banda rebelde, le permitiría a sus miembros acogerse a los beneficios legales del derecho internacional y salir del país alegando «persecución política».

Filizzola reiteró que las fuerzas policiales «no retrocederán en su objetivo de apresar a todos los miembros del EPP y desmantelar su organización».

Los policías heridos en el ataque se encontraban dentro de la camioneta cuando estalló el explosivo. Tres sufrieron heridas cortantes en brazos y piernas y excoriaciones en glúteos y rostros, mientras un cuarto sufrió «traumatismo de cráneo y heridas en ambos ojos, afectando córnea e iris. El ojo izquierdo no perderá la visión pero el derecho está en grave situación», explicó Luisa Zarza, directora del Hospital de Policía.

Según un documento filtrado por WiliLeaks, en febrero de 2010 Filizzola pidió a la embajada de Estados Unidos ayuda para instalar un equipo de escucha telefónica para interceptar llamadas de miembros del EPP argumentando que el grupo «podría tumbar al gobierno de Lugo».

El EPP comenzó a operar en 1999 como una banda de asaltantes de bancos y financieras. En 2001 perpetró su primer secuestro extorsivo como el ala de combate del izquierdista partido Patria Libre. Por el plagio de la nuera de un ex ministro de Economía cobró dos millones de dólares.

En septiembre de 2004 capturó a Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas (1998-1999), por quien pidió un rescate de cinco millones de dólares. En diciembre de ese año cobró 800.000 dólares como rescate pero no liberó a la joven, que fue encontrada muerta en febrero de 2005, enterrada en un pozo en las afueras de Asunción.

En los años siguientes incendió dos pequeños puestos de policía y de las fuerzas militares en el norte del país, de los que robó armas de fuego. Y en 2008 y 2009 secuestró a dos hacendados a los que liberó tras el pago de 145.000 dólares y 500.000 dólares.

Luego de un año de inactividad, el EPP apareció de nuevo en escena el miércoles al colocar dos bombas en Asunción: una en la base de la antena de transmisión del canal 9 de televisión y otra en un parque vecino al canal. Ninguna produjo heridos.

Fuente: EFE