Heredó los negocios de su padre, muy cercano a los Kirchner. Obra pública, alquileres y misteriosas deudas.
Si el juez Claudio Bonadio sigue avanzando con su investigación sobre los misteriosos negocios hoteleros de la familia Kirchner, Lázaro Báez no será el único empresario amigo del Gobierno que se las verá complicada. La del santacruceño es la cara más conocida y más expuesta de este escándalo, pero hay otras que empiezan a salir a la luz.
Es el caso de Silvana Relats, la heredera de Juan Carlos Reats, uno de los empresarios de obra pública más cercano a Néstor Kirchner. Fallecido a fines del año pasado, Relats fue pionero en utilizar el mecanismo de pagar «alquileres fantasma» en los hoteles de la familia presidencial. Su caso salió a la luz en 2009, pero la Justicia nunca avanzó.
Así como Báez pagó llamativos alquileres en el hotel Alto Calafate, Relats hizo lo propio con Los Sauces, otro de los emprendimientos de los Kirchner en la localidad santacruceña. Desde 2006, distintas firmas de Relats empezaron a pagar alquileres por cifras que fueron de 4 millones a 10 millones por año. En 2008, Kirchner justificó un crecimiento de su patrimonio del 158 por ciento gracias al alquiler de Los Sauces por parte de Relats.
Por ejemplo, durante el año 2008 la firma Rutas del Litoral S.A. pagó 330 mil pesos por mes en alquileres. Rutas del Litoral es una de las empresas del correntino Relats que consiguió innumerables contratos de obra pública durante el gobierno de los Kirchner. Pero el caso más emblemático es el de su nave insignia: JCR S.A.
A través de esa firma, que debe el nombre a sus iniciales, Relats construyó su fortuna gracias a los contratos con el Estado. Varios de ellos fueron objeto de denuncias, incluido uno por el que se investigó a Julio de Vido por un sobreprecio de 70 millones. El ministro de Planificación fue el nexo para que Relats conociera a Kirchner en 2001. La “década ganada” también le permitió extenderse al negocio del juego, a través de Trésor Casinos.
Pero no es todo. Así como Lázaro Báez gerenció el hotel Alto Calafate a través Valle Mitre, una firma de Relats administró Los Sauces. Se trata de Panatel S.A., el más grande grupo hotelero de capitales argentinos y que tiene como presidenta a Silvana Relats.

A diferencia de la empresa de Lázaro, Panatel tiene prestigio en el sector: es propietaria del Hotel Panamericano de Buenos Aires y del Panamericano de Bariloche. Sin embargo, sigue siendo un misterio por qué mantiene la apuesta en El Calafate pese a las pérdidas que le reporta.
Ese círculo de negocio hotelero y contratos de obra pública no se ha cerrado. Silvana Relats estuvo meses atrás en la Casa Rosada junto a Cristina y gobernadores para la adjudicación de obras del Gasoducto Cordillerano. Se trata de una obra de 200 millones de pesos que se había prometido para el pasado invierno pero no se concluyó.
En ese negocio, JCR estuvo asociada a Servicios Vertúa, la empresa de Raúl Vertúa. El periodista Carlos Pagni reveló días atrás en La Nación que en el mercado suponían desahuciado a Vertúa por dramas financieros, pero las obras públicas lo sacaron del pozo.
A principios de noviembre, JCR y Vertúa fueron una de las cinco UTE preseleccionadas para quedarse con la megaobra del Gasoducto del Nordeste. La semana pasada, cuando había estallado el escándalo de los hoteles y el nombre de Relats empezaba a mencionarse nuevamente, el gobierno adjudicó las obras y sorpresivamente excluyó a JCR y Vertúa. Fue la única UTE de las preseleccionadas que quedó afuera.
El vínculo entre Cristina y Silvana Relats está expuesto en un documento clave que ya está en manos del juez Bonadio: la declaración jurada de la Presidenta. Según figura en la última presentación que hizo Cristina, Panatel S.A. le debe 4.683.000 pesos, se supone que por el gerenciamiento de Los Sauces.
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