Estos emprendedores quieren que el coño te huela a melocotón

Y creen que, en el fondo, tú también lo deseas

 

Austen Heinz y Gilad Gome se autodenominan biohackers. En teoría, eso significa que utilizan sus conocimientos sobre biología para la creación de productos acordes con la ética hacker. Fundadores de las startups Cambrian Genomics y Personalized Probiotics, acaban de lanzar una campaña de crowdfunding en la que piden apoyo económico para una idea que, en su opinión, va a liberar a las mujeres: un producto natural que perfumará sus genitales.

Se llamará Sweet Peach, y produce beneficios como la prevención de infecciones causadas por microorganismos. Heinz y Gome explican cuál es su estrategia de venta: este ungüento diseñado a base de proteínasempodera a las mujeres, les da libertad. El argumento que ofrecen es el siguiente: “Todos tus olores no son humanos, son producidos por criaturas que viven en ti. Creemos que conocer tu propio código y el de las cosas que viven en ti es un derecho humano fundamental. Algo necesario para reescribir ese código y personalizarlo”.

De modo que la estrategia de marketing de Sweet Peach es venderlo como una forma de hackear tu propio cuerpo y adaptarlo a tus gustos, huir del cruel sometimiento de la naturaleza. La idea no es descabellada y seguramente en el futuro aparecerán muchos productos cosméticos con más poder para modificar nuestra apariencia y hasta nuestros efluvios.

De forma constante, las mujeres recibimos mensajes que nos advierten de que no somos higiénicas, de que nuestra naturaleza es problemática, imperfecta

Lo que ocurre es que estos muchachos están cometiendo algunos errores de planteamiento que han generado bastante rechazo. De hecho, la plataforma Kickstarter suspendió su proyecto y tuvieron que trasladarlo a Tilt, una web en la que lanzar campañas de financiación privadas. Eso les enfadó bastante, y en la conferencia sobre teconología DEMO, celebrada en San Francisco, se despacharon a gusto: «Kickstarter está gestionada por hipsters de Nueva York a los que no les gusta apoyar la actual ciencia cool», dijo Heinz.

¿Y cuáles son esos errores? En primer lugar, en el mundo hacker, no hay lugar para paternalismos: si crees que las mujeres tienen poder para decidir sobre su cuerpo y sus vidas, no es muy coherente que dos hombres diseñen un producto que cuestione su naturaleza física; no necesitan que dos hombres les digan cómo deben reprogramar sus coños para que huelan a melocotón.

En segundo lugar, parece que estos chicos dan por hecho que los penes no huelen, ellos no necesitan reprogramarse. Deducimos que es porque no suelen acercarse a esa zona como quizá sí hagan sus acompañantes. Volvemos así a una incoherencia radical: Sweet Peach es un producto para hombres que las mujeres deberían utilizar. ¿Y por qué esta fruta y no otras? No es la primera vez que los hombres asocian los genitales y formas femeninas con el melocotón. Un empresario chino de la ciudad de Nanjing tuvo la genial idea de crear una línea de lencería para sus melocotones.

Estos emprendedores tienen muy claro que su idea tiene un target y un gran futuro comercial, ya que hackear el olor genital femenino «sólo tiene una interrupción al mes». Está por ver si Sweet Peach va a convencer a la clientela femenina, ya que para comprar el producto antes tendrían que sentirse mal con su cuerpo, su olor, e incorporar un nuevo complejo generado por las turbinas del capitalismo. De forma constante, las mujeres recibimos mensajes que nos advierten de que no somos higiénicas, de que nuestra naturaleza es problemática, imperfecta. Estos consejos aparentemente constructivos derivan en una permanente incomodidad con nuestros cuerpos, que se traduce, cómo no, en compras: no deberíamos tener vello, ni envejecer, nuestra regla debería ser azul y ahora nuestra zona íntima debería oler a melocotón.

Fuente: http://www.playgroundmag.net/noticias/actualidad/emprendedores-quieren-cono-huela-melocoton_0_1430256964.html