Lo que fue sorpresa el miércoles vuelve a asombrar a los clientes y cambistas del dólar mayorista. La ausencia del Banco Central en la rueda no es de extrañar, pero sí cuando la entidad que preside Juan Carlos Fábrega busca recortar una fuerte alza del tipo de cambio. Pero la mesa de dinero que regula el mercado se mantiene al márgen.
Ante una oferta de divisas debilitada por el final de la cosecha de granos y una demanda sostenida, se eleva la cotización mayorista y esto empuja al oficial a avanzar siete centavos y medio en los principales bancos y casas de cambio de la city porteña a $ 8,405. La de hoy es la mayor alza en siete meses, cuando el 23 de enero la autoridad monetaria avaló una devaluación de $ 1,21 en sólo cinco días.
En un mercado convulsionado por la decisión del Gobierno de enviar al Congreso el proyecto de pago de deuda, el dólar blue vuelve a dar un salto de 25 centavos y ya cotiza a $ 13,80, con un nuevo máximo histórico. En lo que va de la semana, el billete paralelo se dispara 60 centavos. La brecha entre el tipo de cambio informal y el oficial asciende al 64%.
En la víspera, el «contado con liqui» se llevó puesto al dólar blue, pero también a las acciones y bonos. El tipo de cambio implícito tomó protagonismo pasada la mitad de rueda, cuando comenzaron a llover las llamadas en las sociedades de bolsa que lo operan.
Reacios a la propuesta del oficial del cambio de la sede de pago, los inversores optaron por hacerse de divisas líquidas con el pesimismo de que el juez Thomas Griesa declare al país en desacato.
«Los fondos locales no interpretaron a bien el proyecto; les generó mucha incertidumbre», confirmó un analista a ámbito.com. «Si el Gobierno plantea que la única manera de cobrar los intereses es cambiando la ley, porque Griesa no lo deja, pinta un panorama bastante negativo», explicó.
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