Secuestro virtual en Rosario La víctima fue una mujer de 68 años. Desesperada, dejó el dinero en un contenedor de basura. Todo era falso.
Eran las cinco de la mañana y el llamado la sobresaltó. Pensó que algo extraño sucedía. Del otro lado, una voz entrecortada por el llanto le decía que estaba secuestrada y le pedía ayuda. Era su hija. O al menos eso pensó la mujer de 68 años, quien se desesperó ante la situación que vivía. De inmediato comenzó una negociación con los aparentes captores. Le pidieron dinero y en una breve negociación rogó que le aceptaran todo lo que tenía: 50.000 dólares. No consideró ni por un instante que el llamado era falso. Ni siquiera pensó en intentar ubicar a su hija.
Siguió con el plan que le indicaron para no correr riesgos: el monto fue arrojado en un contenedor de basura ubicado en una esquina céntrica de Rosario. Al regresar a su casa, la mujer se dio cuenta de que todo era un engaño. Su esposo, que dormía mientras ella negociaba, llamó de inmediato a la hija. La joven los atendió extrañada. No le había sucedido nada.
Ocurrió el jueves a la mañana. G.C. (la Policía sólo difundió sus iniciales) atendió el teléfono y escuchó a alguien que pedía auxilio en forma desesperada. Esa voz inquietante, en plena madrugada, se presentó como si fuera su hija. De inmediato un hombre tomó el teléfono y comenzó a conversar con la mujer que atendía el llamado. Le dijo que seis hombres habían secuestrado a su hija.
Las exigencias, al comienzo, fueron altas. Le reclamaron 150.000 dólares y joyas. La mujer les dijo que era imposible y reveló un dato clave: les dijo a los supuestos captores que “sólo” tenía 50.000 dólares.
De inmediato el encargado de conducir el engaño aceptó ese monto de dinero. Le dijo que lo colocara en una bolsa de residuos y que lo arrojara en el contenedor de basura ubicado en la esquina de Dorrego y Catamarca, a metros de la vivienda de la mujer.
Al bajar no vio a nadie sospechoso y dejó la bolsa, tal como estaba establecido. Volvió esperando más órdenes para saber qué sucedía con su hija. Al regresar despertó a su marido y le contó todo. El llamado a la hija terminó con la angustia, pero no con el lamento por el dinero entregado.
La pareja radicó la denuncia en la comisaría 3a. de Rosario, ubicada a 200 metros de su domicilio y del lugar donde arrojaron los 50.000 dólares.
La Justicia investigaba ayer el caso, que se suma a los múltiples secuestros virtuales que se repiten en Rosario en los últimos meses. Algunos fueron resueltos. Una banda integrada por cuatro hombres y una mujer fue atrapada tras protagonizar ocho casos en abril pasado.
Los cuatro hombres deben enfrentar un juicio por los delitos de extorsión y asociación ilícita . Sólo la mujer, embarazada, acordó en un juicio abreviado ser condenada a cinco años de prisión domiciliaria.
El botín de la banda por los ocho casos comprobados era cuantioso: 40.000 dólares, 20.000 pesos, 1.500 euros y 4 lingotes de oro, entre otros elementos. Otros once intentos de la misma banda se truncaron porque las víctimas descubrieron a tiempo el engaño.
Fuente: Clarín