Una persecución de película y dos muertos en la autopista

Cinco ladrones robaron un camión a 35 kilómetros de Rosario. Y en Villa Constitución los interceptó la Policía. Pero los dos que escapaban en el vehículo se tiraron en movimiento y murieron en el acto.

El plan marchaba dentro de lo previsto. La banda de piratas del asfalto, integrada por al menos cinco personas, se movilizaba en dos vehículos y transitaba la autopista que une Rosario con Capital Federal ya con el botín en su poder: un camión con una carga de cueros procesados, listos para ser exportados. Pero la violencia utilizada para reducir al chofer del rodado, al que dispararon dos o tres veces antes de abordarlo, llamó la atención de dos testigos que dieron aviso a la Policía.

El asalto se produjo a la altura de la localidad de Fighiera, 35 kilómetros al sur de Rosario. Unos minutos después se inició en el kilómetro 246, en el ingreso a la localidad santafesina de Villa Constitución, una persecución cinematográfica que finalizó con dos delincuentes muertos y otros dos detenidos. Los cuatro son oriundos de Buenos Aires. Uno tenía antecedentes delictivos. Para determinar la situación del resto se aguardaban anoche informes del Registro Nacional de Reincidencia. Se investiga si contaban con algún dato sobre la carga.

El caso encierra una curiosidad: los dos ladrones muertos perdieron la vida sin resistir un ataque a balazos de la Policía ni chocar en la huida. Se arrojaron del transporte robado en movimiento. De acuerdo a la reconstrucción de la Justicia murieron de inmediato al impactar contra el pavimento.

La secuencia en la autopista fue de película: el camión ya conducido por los delincuentes avanzaba hacia Buenos Aires tratando de sacar de la ruta a los dos móviles policiales que lo perseguían. A uno de ellos lo chocó. Estuvo a punto de volcar.

Dos kilómetros después de iniciarse la persecución los dos ladrones que iban a bordo del camión se arrojaron sin detener la marcha. La maniobra fue fatal para ellos y pudo generar un grave accidente. El vehículo siguió sin control otros 500 metros y terminó deteniéndose en la zanja que separa las dos manos de la autopista.

No llegó a cruzarse de carril por muy poco.

Se estima que los asaltantes quisieron huir a la carrera por un campo de la zona. Y que por eso decidieron arrojarse. La fiscal Valeria Pedrana confirmó a Clarín que no hubo cruce de disparos entre los delincuentes y la Policía y que las muertes, aún cuando esperaba el resultado de las autopsias, se produjeron por los golpes sufridos en la caída.

Otros dos ladrones que estaban a bordo del Peugeot 207 Compact lograron escapar, pero fueron detenidos en San Nicolás. Llevaban en su poder una pistola 9 milímetros.

El quinto integrante de la banda escapó a bordo de una camioneta que, de acuerdo a la descripción de los testigos, podría ser una Volkswagen Amarok. Se trata del ladrón que se llevó capturado al camionero, al que liberó horas más tarde en una estación de servicios de Capilla del Señor. El chofer estaba ileso y ayer declaró ante la Justicia.

El conductor de la Amarok hasta ayer no había sido hallado. Ese vehículo viajaba adelante del resto, detectando si existían controles en el camino. Era una de las patas de la organización. Se estima que al observar algún retén policial advirtió a sus cómplices que detuvieran la marcha. Lo hicieron debajo del puente ubicado en la autopista, justo en el ingreso a Villa Constitución.

El Peugeot 207 y el camión tenían las luces apagadas. Eso llamó la atención de los primeros policías que llegaron al lugar, que ya estaban advertidos del robo ocurrido a pocos kilómetros del lugar. Al encontrarlos comenzó la persecución. Eran las 3.30.

Unos minutos después los automovilistas que transitaban por la autopista observaban con sorpresa la frenética persecución. El camión tirándose encima de los patrulleros y el Peugeot 207 zigzagueando automóviles.

Cuando todo terminó dos cuerpos quedaron tirados sobre el asfalto y un camión estancado en el cantero central. Recién ocho horas más tarde se liberó el tránsito y el lugar recuperó su paisaje habitual, alterado apenas por el paso incesante de vehículos.

Fuente: Clarín