El accidente se produjo en la ciudad del litoral del estado brasileño de San Pablo. Por el hecho hay al menos dos fallecidos y unos 10 heridos.
El candidato a presidente de Brasil por el socialismo, Eduardo Campos, falleció este mediodía luego de el avión privado en el que viajaba se precipitó en la ciudad de Santos, en San Pablo, informó el diputado Julio Delgado, referente de su partido (PSB). Por el hecho hay al menos dos fallecidos y unos 10 heridos.
Campos, de 49 años, era un ex gobernador del estado de Pernambuco que contaba con un respaldo cercano al 10 por ciento de la intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre, de acuerdo a recientes sondeos. Iba tercero en las encuestas.
La aeronave accidentada es un Cessna 560XL, con patente PR-AFA, que despegó del aeropuerto Santos Dumond de Río de Janeiro, donde Campos ofreció anoche una entrevista a una red de televisión.
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El socialdemócrata fue ministro del PT y luego gobernador de Pernambuco, donde fue reelecto con un porcentaje mayor al 80%; como candidato presidencial, estaba tercero en las encuestas para octubre.
El ex gobernador de Pernambuco Eduardo Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB), estaba en la recta final de la campaña presidencial que culminaría en un mes y medio. Pero meses después de arriesgar todo por el sueño que lo llevó desde muy joven por el camino de la política, encontró la muerte. Ocurrió esta mañana, cuando se estrelló la avioneta en la que viajaba hacia un mitin político en Santos, en el litoral de San Pablo.
Según las últimas proyecciones, Campos, presidente del PSB desde 2007, se ubicaba tercero en las encuestas para las elecciones presidenciales del próximo 5 de octubre, con alrededor de un 10% de las intenciones de voto. La fórmula la completaba la popular ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, quien se unió a él para aumentar el caudal de votos del socialismo.
Un socialdemócrata favorable a los negocios en la empobrecida región del noreste de Brasil, Campos anunció su candidatura en abril y prometió restaurar la confianza en las cuentas fiscales del país e inyectar dinamismo a su estancada economía.
De 49 años, casado y con cinco hijos, Campos buscaba capitalizar con su carisma el creciente descontento con el gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que ha estado en el poder por 13 años, y cuya base de alianzas integró hasta el año pasado.
SU CARRERA
Campos, un socialdemócrata que nació en Recife, capital del estado de Pernambuco, el 10 de agosto de 1965 se recibió de Economista a los 20 años en la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), donde además fue electo Presidente de la Junta Académica. Esa fue una de sus motivaciones para dejar la vida académica y dedicarse a la política, esa que llevaba en la sangre: era nieto de Miguel Arraes, tres veces gobernador de ese estado al noreste de Brasil.
A los 25 años, Campos se afilió al Partido Socialista Brasileño (PSB), con el que fue electo diputado estatal y, cuatro años después, llegó al Congreso Nacional. Sin embargo, pidió licencia para unirse al gobierno de su abuelo como secretario de Gobierno y luego como Secretario de Hacienda, hasta 1998. En ese año, volvió a ser electo diputado federal, con una votación récord, de 173.657 votos
En 2004, Campos se sumó a la primera gestión de Luiz Inácio Lula Da Silva como el ministro más joven del gabinete, al frente de la cartera de Ciencia y Tecnología.
Sin embargo, dejó la gestión nacional para lanzarse a la política en Pernambuco. En 2007 ganó por primera vez las elecciones como gobernador, con más del 60% de los votos, y tres años después fue reelecto con el 83%, y se convirtió en el mandatario estatal más votado del país.
Entre los logros que se anotó en su mandato, se encuentra un efectivo plan contra la inseguridad y la violencia en el Pernambuco y una campaña a favor de la escolarización, que incluyó la mayor red estatal de escuelas del país. Sin embargo, el 4 de abril de este año decidió abandonar el cargo para anunciar su candidatura en la carrera presidencial.
«Brasil está cansado de la polarización entre el PT y el PSDB [el Partido de la Social Democracia Brasileña, segundo en las encuestras]. Ellos ya dieron todo lo que tenían que dar. Brasil no quiere más de lo mismo, quiere algo diferente. Nosotros somos los portadores de esa esperanza en esta elección. El gobierno de Dilma frustró los avances construidos a duras penas en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y en el primer gobierno de Lula», dijo al presentar la fórmula.
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