Caso Paulina Lebbos: «Tengo ansiedad por limpiar mi nombre», dijo Gabriel Alperovich tras los análisis de ADN

El hijo del gobernador de Tucumán mantuvo un breve diálogo con la prensa a la salida del Cuerpo Médico Forense e insistió en que se quiere «ensuciar a su padre» con esta causa; la joven fue asesinada en 2006

Gabriel Alperovich, hijo del gobernador de Tucumán, mantuvo un breve diálogo con la prensa a la salida del Cuerpo Médico Forense para la extracción de ADN prevista en el marco de la investigación que se sigue por el crimen de Paulina Lebbos, asesinada en 2006.

«Tengo ansiedad por limpiar mi nombre. Quieren ensuciar a mi padre y yo pongo las manos en el fuego por él», insistió en un intercambio con los periodistas presentes en el lugar.

Por otro lado, el hijo del gobernador sostuvo que no conoció personalmente a la joven asesinada. «A Paulina la conocí después del hecho por las fotos y los afiches», aseguró.

La citación para los estudios de ADN recayó también sobre Sergio Kaleñuk, hijo del secretario privado del gobernador y otros nueve hombres mencionados en la causa, precisaron a LA NACION fuentes allegadas a la causa.

Por otro lado, trascendió que, además, se solicitó someter a esta pericia a Víctor Soto, novio de la víctima y padre de la hija de Paulina, a Antonio Maximiliano Gallardo y Luis Gómez, los únicos dos detenidos en la causa, a un barrabrava del Club Atlético Tucumán, a un remisero y a otros cuatro hombres. Todos ellos están mencionados en el expediente del crimen.

EL CASO

Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006 y fue hallada muerta 14 días después. Alejandro Noguera, el primer fiscal a cargo de la investigación, fue desplazado a los dos meses luego de una polémica visita que realizó a la casa del gobernador tucumano.

Tras la salida de Noguera, asumió Carlos Albaca. Poco se supo de lo ocurrido en la investigación en los siete años que la causa estuvo en sus manos. Durante ese tiempo el expediente se mantuvo bajo secreto de sumario. Por los constantes reclamos de Alberto Lebbos, padre de la víctima, intervino el Programa Nacional de Lucha Contra la Impunidad (Pronalci), que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. En representación de Pronalci, el abogado Bernardo Lobo Bugeau solicitó el acceso al expediente. Fue autorizado a verlo recién en 2013.

Sin embargo, le prohibieron fotocopiarlo o escanearlo, por lo que tuvo que transcribirlo dentro de los horarios permitidos. Fue un trabajo arduo y lento, que duró dos meses.

Lobo Bugeau presentó luego un informe en el que cuestionó duramente el accionar de los dos primeros fiscales. Entre otras cosas, criticó que, si bien Albaca hablaba de ocho hipótesis, no profundizó en la investigación de ninguna de ellas.

«En la causa Lebbos está en crisis absoluta el concepto de plazo razonable. En siete años se juntaron montañas de papeles sin un sentido muy claro de hacia dónde iba la investigación. Y con algunas cuestiones llamativas desde el punto de vista institucional del Poder Judicial. Por ejemplo, la manera en que debió ser apartado de la causa el fiscal Noguera», señalaba Lobo Bugeau, en septiembre de 2013.

Lebbos, por su parte, acusó de encubrimiento a varios funcionarios y policías y también denunció que en el crimen de su hija participaron «hijos del poder». Esta es una de las hipótesis que forman parte del expediente.

En junio del año pasado Albaca se inhibió de la investigación y la causa pasó a manos del fiscal Diego López Ávila, quien logró las primeras detenciones en la causa . Se trata de Antonio Maximiliano Gallardo y Luis Gómez. Gracias a una pericia ordenada por López Ávila se pudo determinar que estos hombres utilizaron el celular de Paulina el día de su desaparición..

Fuente: La NAción