El cristinismo satisfecho: la oposición no cuestiona el default y el apoyo aumenta

El gobierno está muy entusiasmado con el default selectivo que le otorgaron las principales calificadoras de riesgo, ya que los mercados no se derrumbaron sino que bajaron un poco. Y hasta suben con las noticias sobre un posible acuerdo de los bancos internacionales con los buitres. Además, la oposición no le saltó a la yugular del gobierno por temor a quedar pegada con los fondos buitres y la sentencia usuraria de Griesa, ya que nadie entiende cómo de un capital de 49 millones de dólares se llegó desde el 2008 hasta acá a más de 1600 millones de dólares. Por último está el pesimismo generalizado por la recesión y la aparición del desempleo, que todavía no se transformó en exponencial.

Batería de encuestas truchas

Por tanto, mientras los mercados no se derrumben y la oposición no salga a cruzar seriamente al gobierno, éste goza de cierta calma. Es más, el oficialismo está contratando encuestadores para que digan que más de la mitad de la población está de acuerdo con la estrategia presidencial. Así es que apareció Poliarquía, totalmente desprestigiada desde las elecciones de octubre pasado, que sostiene que el 47% está de acuerdo con lo actuado por Cristina y anteayer, en Página 12, tal vez el encuestador más desprestigiado de todos, Roberto Bacman de CEOP, dijo que el 60% apoya a la presidente. Y los periodistas supuestamente independientes, que también tiene publicidad oficial, repiten como loros esas encuestas truchas que en los próximos días serían muchas más, porque la billetera del gobierno está abierta para todos los encuestadores. Esto vale doble en una época de sequía donde hasta pueden inventar números y quedarse con lo que les paga el gobierno, dibujando resultados a favor de esta “causa nacional”. El gobierno ni piensa hoy que, con el correr de los días o meses, todo se le puede dar vuelta y profundizarse el pesimismo reinante. Además, el oficialismo no se da cuenta de que los 2.000 militantes rentados que llevan a las cadenas oficiales para instalarse en los tres patios de la Casa Rosada sólo van si les ponen micros para llevarlos. Así se vio, durante la ultima cadena, unos 50 micros estacionados en Paseo Colón. O sea que ni los rentados con altos sueldos concurren voluntariamente a los discursos presidenciales. Pero el gobierno no quiere ver estas señales y se contagia del clima festivo en la Casa Rosada cuando Cristina chicanea a la oposición y la última vez al banquero Jorge Brito, quien quiso acordar con los buitres con los depósitos del público para salvarse de su situación procesal en la causa Ciccone y en la ruta del dinero K, junto a Lázaro Báez y su íntimo amigo Ernesto Clarens, quien lo amigó con Néstor Kirchner al principio de su gobierno. Ahora Brito está en problemas, porque en el gobierno no lo ayudan en la causa Ciccone. En cambio, en la ruta del dinero K, sí hay apoyo, porque están comprometidos la presidente y su hijo Máximo. En cuanto a la causa Ciccone, Brito confía en que el juez federal Ariel Lijo no lo llamará a indagatoria por su amistad con Julio de Vido y con su hermano abogado, “Fredy” Lijo.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com