Maffei disfruta el liderazgo, pero siente la presión

Cruza la zona prometida y por fin se relaja. Tomás Maffei todavía no se enteró de su victoria en la etapa y mucho menos que se había convertido en el nuevo líder en la batalla de los cuatriciclos. Pura sorpresa la del bonaerense cuando le saltó la ficha de la novedad. Si no hubiese sido por la cantidad de periodistas que se acercaron a felicitarlo y a conocer sus impresiones en el desierto de Atacama, «Tomy» quizás no hubiera entrado en razón. «No lo puedo creer», dice hasta el hartazgo el nacido en Martínez, imbatible en los caminos pedregosos del suelo chileno.

Maffei voló en su «cuatri», le sacó 3’17″ a su escolta, Alejandro Patronelli, y saltó derechito a la cima desplazando a su amigo Sebastián Halpern.

Precisamente el ex número uno lo sorprendió con una frase matadora. «Felicidades, che. Ni te vi, ja», lo llenó de elogios el mendocino a su amigo, congelado de la emoción. «Que me felicite ’Sebas’, que nos enseñó a la mayoría de los que estamos acá, es lo mejor que me puede pasar», reconoce.

Las piernas comienzan a aflojar a esta altura de la carrera. «Sí, ya siento una presión gigante. Con esto que logré no sé que va a pasar», destaca entre risas el nuevo referente de su rubro y luego se anima a posar para la foto, una pintura jamás imaginada por él antes de inscribirse en la competencia. «Hace siete meses me decidí, pero nunca con la intención de estar donde estoy. Yo sólo quería probar si me gustaba o no el Dakar y bueno, acá estamos», se sincera. Maffei deberá administrar como un economista la ventaja de casi dos minutos que le lleva a Alejandro Patronelli, y de poco más de tres a su amigo Halpern.

«Es complicado cuando detrás hay pilotos buenos. Tendré que analizar bien la estrategia a seguir, pero primero me gustaría festejar con mi familia», concluyó el sorpresivo puntero, que todavía no se acostumbró al día a día del Dakar, aunque en la pista es un demonio.

Fuente: La Gaceta