La afirmación del crecimiento o boom del consumo queda desmitificada cuando vamos a las cifras oficiales que demuestran, más allá de lo que puedan ser manipuladas, que el Modelo, además de fomentar la distribución regresiva del ingreso, la diferenciación social y el aumento de la pobreza, no ha generado aumento real del consumo.
Todo lo contrario, al compararse las cifras del 2010 contra un mal año como fue el 2009, puede verse que al declive político y la desaparición del Estado se va correspondiendo la caída de la economía.
La recaudación fiscal subió un 34,4% en 2010 gracias exclusivamente a la inflación y el comercio exterior. Superó los $409.000 millones, beneficiada por el aumento de los precios y el avance de las importaciones. Los ingresos por impuestos aduaneros fueron los que más crecieron.
Las cifras fiscales son claras, el aumento de la recaudación viene por la inflación y por el efecto de las exportaciones y las importaciones, pero lo que interesa para el consumo local, deducido todo esto y con la más conservadora de las estimaciones privadas de la inflación, estamos ante el mismo ó menor nivel de consumo que el año anterior, que repito, ya fue un mal año por el efecto de la crisis internacional.
* La inflación y las importaciones permitieron que la recaudación tributaria creciera el 34,4% en 2010, hasta alcanzar a los $ 409.899,6 millones.
* Los grandes protagonistas de 2010 fueron los recursos aduaneros, como resultado de un aumento en las importaciones. Los recursos aduaneros se ubicaron por encima de los otros rubros, con una suba del 46,9% en 2010, por el 48,4% de los derechos de importación ($11.427,3 millones en el año), el 54,9% de ganancias aduaneras y el 45,8% del IVA importaciones.
* Los derechos de exportación aportaron $45.547,4 millones, un incremento del 42,2%, con aportes clave de las semillas y frutos oleaginosos, combustibles minerales y residuos y desperdicios de la industria alimentaria.
* En el caso del IVA impositivo, el aumento anual fue del 24,9%, cifra por debajo de la estimación de los consultores privados de suba de la inflación.
* El número final de recaudación ($409.899,6 millones) es un 16% superior a la cota de facturación prevista en el presupuesto del año 2010, aunque esa proyección se hizo sobre un cálculo muy subestimado del PBI y de la inflación real.
* El impuesto a las ganancias sumó ingresos por $76.651 millones en el año, con un aumento del 38%, a partir de la falta de ajuste por inflación más la presión que puso la AFIP sobre varios sectores para que anticiparan la liquidación de los anticipos del saldo de ganancias, por lo que se prevé que en los próximos meses la recaudación podría bajar por efecto del descuento de estos anticipos.
* También el impuesto al cheque tuvo en 2010 un crecimiento, del 30,8%, en línea con la inflación, equivalente a $26.884,7 millones; mientras tanto, el sistema de la seguridad social aportó $100.078 millones en el año (34,4%).
Junto a esto se debe analizar el informe conocido, de la entidad oficialista Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). El mismo es presentado como que el comercio minorista “se subió al boom del consumo”. Pero cuando ese informe se desagrega, vemos que las cantidades vendidas por los comercios minoristas crecieron 13,4 % en diciembre pasado, frente a igual mes del 2009. Pero también se indica que las ventas finalizaron 2010 con un aumento de 6,2 % frente al año anterior, muy por debajo de la línea de inflación.
Esta brecha notable entre cantidades físicas y monto de ventas en pesos deducida la inflación, demuestra que estamos ante un cambio cualitativo y estructural del consumo popular: ha caído el consumo de los sectores de ingresos medios y bajos, y se ha focalizado en mayor cantidad de bienes sustitutos más baratos y de mucha menor calidad. Dicho de otro modo, siendo esto un informe de la entidad que agrupa a entidades minoristas por el tipo de segmento de mercado que abarca, esto está reflejando el conjunto de planes sociales y asignaciones de subsidios al consumo de los más necesitados.
Esta brecha de cantidades físicas y monto de ventas en este nivel institucional de oferta está reflejando la degradación del consumo y del mercado interno argentino, ha aumentado dicho en términos no muy ortodoxos pero populares, el consumo del “pobrerío”, pero sin significar elevación cualitativo de su nivel, sino consolidando su propia estamentación. El modelo kirchnerista demuestra aquí que consolida estructuralmente la diferenciación social y sus estamentos. En términos de globalización y de sociología política bien podemos hablar de africanización ó tercermundización del consumo.
El dramatismo e hipocresía tanto del informe como de la realidad del Modelo de distribución regresiva del ingreso se completa con la afirmación que realiza el informe en el sentido que “Todos los rubros que componen la oferta minorista finalizaron con tasas de aumentos interanuales de dos dígitos, lideradas por la venta de juguetes, que resultaron récord tras el boom navideño. Con esas subas, el año 2010 arrojó un incremento de 6,2 % en las ventas minoristas, siendo los electrodomésticos las vedettes del año, impulsados fundamentalmente en los meses previos al mundial de fútbol. En electrodomésticos, la venta tuvo un aumento interanual de 12,5 %, medidas en cantidades, en diciembre. La venta fue muy variada, desde aires acondicionados hasta equipos de música. Ayudaron las promociones y las oportunidades de financiamiento. En el balance del año, este rubro finalizó con un alza de 10,3 %, y lo que lideró indiscutiblemente la venta fueron los televisores plasmas, que se vendieron en cantidades por el mundial. En diciembre continuó siendo muy buena la venta de muebles de oficina y muebles para el hogar.” Esto que hemos transcripto textual del informe de la CAME, nos exime de mayores comentarios.
Pero además la Argentina cerró 2010 con un déficit de US$ 4095 millones en su balanza comercial con Brasil, según datos que se conocieron desde ese país. La cifra es un 172% superior al saldo negativo que tuvo para nuestro país la relación bilateral en 2009. Ni la “super apreciación del real” frenó el déficit comercial argentino con Brasil, lo cual demuestra la brutal caída de la competitividad de nuestra economía y simultáneamente el sofisma de que la competitividad está asociada linealmente al tipo de cambio.
A pesar de que el real experimentó una apreciación nominal del 29% desde enero de 2009 mientras que el peso se devaluó 15% durante ese mismo lapso, el Gigante del Mercosur sigue vendiendo más a la Argentina de lo que le compra.
Como comprador de Brasil, Argentina se encuentra en el tercer lugar en diciembre. El orden de los principales compradores de productos brasileños es: China (U$S 2.626 millones); Estados Unidos (U$S 2.328 millones) y Argentina (U$S 2.067 millones), según información recopilada por analistas privados.
Con la Argentina, el comercio bilateral sumó US$32.950 millones. Según destaca un informe conocido, las ventas a Brasil crecieron un 28% (sumaron US$14.426 millones) y se destacaron productos como los automóviles y las autopartes, el trigo, maquinarias, equipamientos y productos de plástico. Las importaciones, por su parte, crecieron a un ritmo más elevado: con una suba del 45%, llegaron a los US$18.522 millones. Las compras que impulsaron ese saldo fueron las de minerales de hierro, vehículos y autopartes, maquinaria y equipamiento, aparatos electrónicos y productos de la siderurgia. Sólo en el mes de diciembre, según destaca el informe, el déficit para la Argentina fue de US$730 millones, lo que marca un deterioro del 5,9% en relación con el registro del último mes de 2009. Las exportaciones totalizaron US$1337 millones y las importaciones, US$2067 millones.
Pero el otro dato preocupante que se asocia a la relación comercial con nuestro principal socio del Mercosur, es la percepción que estamos ante problemas en futuro a corto plazo, donde se percibe que se achica el saldo comercial.
El saldo de la cuenta corriente nacional podría ser “nulo” en 2011, de acuerdo a una estimación de la consultora Ecolatina, que en un informe difundido advirtió que “por primera vez en una década no habría una entrada significativa de dólares comerciales”.
“La mayor parte del deterioro se explica porque las importaciones crecen más rápido que las exportaciones”, explicó. Tras advertir que “se está diluyendo el pilar externo, el último remanente del modelo productivo”, Ecolatina proyectó una reducción del saldo de bienes de 2.000 millones de dólares, debido a “la pérdida de competitividad, la sequía y las mayores importaciones de combustibles”. No obstante, aclaró que “esto no implica que haya escasez de dólares, dado que todavía hay un elevado stock de reservas”.
Sin embargo pese a esta apreciación del informe de Ecolatina sobre el monto de las reservas, habría que señalar la necesidad de establecer con claridad, cuál es el monto real de las mismas de libre disponibilidad y su relación con el nivel de circulación monetaria actual.
El informe proyectó que la cuenta corriente habría cerrado el 2010 con un superávit de 3.800 millones de pesos, lo que significa una caída de 55 por ciento con respecto a 2009, y representa 1 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), cuando el año pasado había alcanzado 2,8 por ciento interanual. Es “el menor registro desde la salida de la convertibilidad”.
Fuente: Por Rodolfo E. Vacchiano para el Informador Público