En los lugares clásicos de descanso no se notó la llegada de turistas. El fútbol fue el motivo determinante por el que las familias no viajaron. Se suman la proximidad del receso invernal y la falta de poder adquisitivo.
Sin caos en las rutas, sin colas interminables de autos en cada peaje; con las terminales de ómnibus vacías y los micros con butacas disponibles… El fin de semana largo que acaba de terminar fue noticia, justamente, por ser el peor de los últimos cinco años. En medio de un clima mundialista, por la cercanía de las vacaciones de invierno y el bajo poder adquisitivo de los potenciales turistas, prácticamente nadie salió de su casa.
Un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) refleja que entre el viernes 20, feriado por el Día de la Bandera, y ayer, 429 mil turistas viajaron por el país, gastando $413,8 millones en las ciudades turísticas. “Hay que remontarse 5 años atrás para encontrar un movimiento tan bajo. También las ventas minoristas se mantuvieron con poco público en las diferentes zonas turísticas”, remarca el informe.
Un dato para nada menor es que entre 80 y 100 mil personas viajaron a Brasil por el Mundial. Sin embargo, el mejor programa para la mayoría de las familias fue quedarse en su hogar a mirar los partidos del campeonato, haciendo foco en el sábado cuando Argentina jugó contra Irán.
Los operadores turísticos aseguran que prevaleció el turismo de corta distancia, que sólo se inclinó por visitar a familiares. El foco ahora está puesto en las vacaciones de invierno.
Fuente: Infobae