La defensa argenta dijo ausente en Maracaná. Le costó encontrarle la vuelta con cinco en el fondo, mejoró con cuatro (por los de adelante), y terminó cortando clavos. El acto reflejo de Rojo para revolearla lo dijo todo.
Fue una jugada. Un acto reflejo. Un vale todo. Terminó siendo incluso siendo un hashtag. Tomar la rabona de Marcos Rojo en su propia área como metáfora de lo que fue la Argentina atrás sería muy cruel. Pero no dejaría de ser un buen ejemplo de lo que tuvimos que llegar a hacer para revolear una pelota al lateral…
La apuesta de Sabella, esa que dio a entrever pero escondió hasta el final, era un bravo tute. Cinco atrás, como hizo en noviembre pasado, en Saint Louis, ante Bosnia justamente, en el 2-0 con el doblete de Agüero. Pero se sufrió más de la cuenta. En el primer tiempo, ni defendió ni atacó como se debía. En el segundo tiempo, tomó aire porque los de adelante, ya con Gago e Higuain en cancha, y Messi alineado con los planetas, le dieron un poquito más de aire en ese 4-3-1-2 que fue una bocanada. Pero igual…
Costó encontrarle la vuelta a la historia. Zabaleta era una suerte de 4-8 que intentaba cerrar a Lulic tenía a Campagnaro como guardaespaldas. Pero más allá de cubrir el ancho del campo de punta a punta, el primer peligro llegó por el centro, en una pelota larga, profunda hacia Hajrovic que obligó a Romero jugarse las ropas y defender el particular 1-0 parcial. Primer aviso a los 13′. No era poco.
Las búsquedas a Dzeko fueron frecuentes. Más que nada, abriendo la cancha. La Argentina no podía con los centros, ni en su lugar de emisión ni en el lugar de resolución. Y a veces pareció ligar. Aunque la mirada colectiva no estaba tan pifiada. En el complemento, Campagnaro le cedió su lugar al orden y la historia cambió un poquito. A la nueva línea de cuatro no se la superaba tan fácilmente. Por eso, todos empezaban a probar la media distancia o jugar al error (como ese anticipo aéreo de Fernández a Romero que dejó pagando a un Chiquito que ya volaba). Todos buscaban el blanco entonces. Hajrovic, Lulic, Mujdza, Dzeko… El dolor de cabeza, el toque de atención de todos los días, llegó a cinco del final, con la definición de Vedad Ibisevic. Más que una rabona, fue el sistema defensivo el que terminó en Rojo…
Fuente: Olé