Estaba al frente de la Agrupación Unidades Especiales Enfrentó a dos ladrones, que le pegaron dos tiros en el pecho y luego lo remataron de un balazo en la cabeza.
“Me quedo cinco minutos hasta que llegue el socio de Leo y voy para casa”, le respondió el comisario Guillermo Morgans (44) a su esposa ante la consulta de cuánto iba a demorar en llegar. El jefe de la Agrupación Unidades Especiales de la Unidad Regional II de Rosario nunca logró salir del negocio de su hijo mayor, ubicado en el macrocentro de la ciudad.
Segundos después de cortar la comunicación telefónica con su mujer, dos delincuentes armados irrumpieron en el local. Al ver que uno de ellos golpeaba a su hijo para maniatarlo, el policía desenfundó su arma reglamentaria e intentó evitar el asalto.
La reacción de los ladrones fue feroz.
Primero, lo acribillaron con dos balazos en el pecho. Ya en el piso, lo remataron con un disparo en la cabeza.
El crimen de un integrante de peso de la Policía de Rosario, un efectivo con 24 años de servicio, quien llegó a ocupar el cargo de jefe de Inspección de la zona norte de la ciudad, consternó ayer por la tarde a toda la fuerza policial de la provincia de Santa Fe.
Morgans fue sorprendido por dos jóvenes que entraron, pasadas las 15.30, al comercio de su hijo Leonardo, un Pago Fácil ubicado en Rodríguez y Salta. Había llegado al local unos minutos antes, a bordo de su camioneta, para saludar a su hijo.
Según confirmó el fiscal del caso, Florentino Malaponte, el comisario abrió fuego “en un acto de defensa”, en un intento desesperado por repeler el ataque. Tras ejecutarlo, los ladrones salieron caminando con un botín cercano a los 20 mil pesos. Al cierre de esta edición, los peritos técnicos de la Policía intentaban identificar a los agresores a través de las grabaciones de las cuatro cámaras de seguridad ubicadas en esa cuadra.
Su hijo, de 24 años, fue el único testigo del crimen. A partir de su relato, se pudo establecer la mecánica del homicidio. En su declaración, el hijo del agente contó que recibió un culatazo mientras uno de los ladrones intentaba atarlo. Al ver la agresión, Morgans sacó su arma en su afán de protegerlo, pero esto dio origen a un feroz tiroteo. “ Hubo más de 10 detonaciones dentro del negocio. El comisario recibió múltiples disparos”, detalló Malaponte en el breve contacto que mantuvo con la prensa.
Uno de los primeros en llegar a la escena del crimen fue José Luis Amaya, el jefe de la Policía de Rosario. Matías Drivet, secretario de Seguridad de Santa Fe, se acercó también al lugar ni bien se enteró de la noticia. Cuando los médicos retiraron el cadáver del interior del local, más de un centenar de efectivos estaban apostados en la puerta del comercio para solidarizarse con la familia de la víctima.
“ Por poco pierdo a los dos. No puedo creer lo que pasó. Encuentren a estos tipos, por favor ”, le suplicó llorando la mujer de Morgans a un comisario con un cargo jerárquico de la Fuerza.
Fuente: Clarín