Por una sociedad libre de homofobia

La Oficina Regional de ONUSIDA para América Latina expresa su reconocimiento a las personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI) por sus logros, aún incipientes, contra la violencia, el estigma y la discriminación hacia la diversidad sexual y por su contribución para construir una sociedad respetuosa de los derechos humanos, libre de homofobia y transfobia.

 

En América Latina hemos sido testigos de importantes cambios legislativos –y de otras políticas públicas– para el reconocimiento, promoción y garantía de los derechos humanos. Ejemplos como la Ley de Identidad de Género en Argentina y la Ley contra la Discriminación en Chile, ambas aprobadas en 2012, son hitos en el reconocimiento de la libertad y dignidad de la diversidad sexual.

 

A escala regional reconozco la capital importancia de las acciones de incidencia política realizadas por coaliciones comunitarias LGTBI, para que en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) se generaran compromisos políticos desde sus Estados miembros en la promoción de los derechos humanos de esta población. Esto se evidencia en las resoluciones aprobadas desde 2008 por la Asamblea General de este organismo, tituladas Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género.

 

La Convención Interamericana contra toda forma de discriminación e intolerancia, adoptada en junio de 2013 por la Asamblea General de la OEA, reconoce que la discriminación puede estar basada en motivos de nacionalidad, edad, sexo, orientación sexual, identidad y expresión de género, idioma, religión, identidad cultural, opiniones políticas o de cualquier otra naturaleza, origen social, posición socioeconómica, nivel de educación, condición migratoria, de refugiado, repatriado, apátrida o desplazado interno, discapacidad, característica genética, condición de salud mental o física, incluyendo infectocontagiosa, psíquica incapacitante o cualquier otra.

 

La declaración establece que todo ser humano es igual ante la ley y tiene derecho a igual protección contra toda forma de discriminación e intolerancia en cualquier ámbito de la vida pública o privada.

 

Sin embargo, en América Latina todavía falta un largo camino por recorrer para que las personas LGTBI puedan gozar plenamente de sus derechos. Hemos visto cómo el estigma y la discriminación han devenido en odio, que en los casos más extremos ha terminado en muertes violentas, con alarmante impunidad. Observo con preocupación la crueldad con las que estas violaciones son cometidas, señal de una sociedad intolerante y discriminatoria.

 

La respuesta al VIH ha demostrado que cuando las personas son estigmatizadas y violentadas por su orientación sexual o identidad de género, se vuelven más vulnerables a la infección por el VIH y no pueden acceder a los servicios de salud y de prevención, tratamiento y cuidado que requieren.

 

En esta región, la prevalencia del VIH entre los hombres que tienen sexo con hombres varía entre 6.6% en Nicaragua y 15.7% en Argentina. También se reportan altas tasas de prevalencia entre los transexuales, hasta un 34% en Argentina.

 

En este sentido, saludo al Consejo Directivo de la Organización Panamericana de Salud y la Organización Mundial de Salud que indica lo siguiente: “Abordar las causas de las disparidades en cuanto al acceso y la utilización de los servicios de salud por parte de las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y trans”, que insta a los Estados miembros a … “promover el acceso igualitario a los servicios de salud en las políticas, los planes y la legislación nacionales, … teniendo en cuenta el estigma, la discriminación y la persecución que experimentan los integrantes de la comunidad LGTBI”.

 

No podemos permitir que más personas LGTBI sean víctimas de la violencia, estigmatización, discriminación e impunidad y además se continúen infectando con el VIH o mueran a causa del sida.

 

No podemos tolerar más muertes a causa de crímenes de odio basado en la orientación sexual o identidad de género.

 

Necesitamos el compromiso político de las instituciones públicas de América Latina, la participación y el liderazgo de la sociedad civil para traducir en acción la visión de ONUSIDA de llegar a cero: cero nuevas infecciones por VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida.

 

Si logramos una sociedad más inclusiva y respetuosa de los derechos fundamentales de todos sus ciudadanos, alcanzaremos nuestra meta de una nueva generación libre de VIH y sida.

 

Fuente: http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia-por-una-sociedad-libre-homofobia-18416.aspx