La mujer logró defenderse del atacante, por lo que se aguardan los resultados de los peritajes para determinar si quedaron rastros genéticos.
El fiscal que investiga el crimen de la artesana Cynthia Beatriz Filippone (40), ocurrido el lunes en Villa Gesell, aseguró hoy que la víctima logró defenderse de su agresor para intentar detener el ataque, por lo que aguardan los resultados de peritajes para determinar si quedaron restos genéticos del homicida debajo de sus uñas.
«En principio parecía no haber habido signos de defensa, pero sí había. En la autopsia surgen algunas heridas en las manos que tienen que ver con haber intentado parar el ataque. Al haber una situación de defensa, pudo haber rasguñado al agresor», dijo esta mañana a la prensa el fiscal de Villa Gesell, Eduardo Elizarraga.
El fiscal también hizo referencia al cabello encontrado adherido a una de las manos de Filippone, que si bien ayer se creía podía pertenecer a su agresor, «en principio lo que a ojo dicen los peritos es que podría ser de ella (por la propia víctima)».
Además, Elizarraga relató que los expertos encontraron un sector de la ligustrina perimetral del parque en la que había signos de que una persona había pasado y rastros de sangre en una reja de la casa contigua, por la que el asesino aparentemente trepó en su escape.
«Hay que analizar esa sangre para ver si corresponde a la de la víctima o si el agresor también estaba herido», dijo a Télam el fiscal, en cuyo último caso la muestra podría servir para cotejar con el ADN de los sospechosos que surjan de la pesquisa.
Elizarraga manifestó que el hecho fue «un acometimiento con la intención de matarla, la fueron a buscar para matarla», aunque reconoció que aún no sabía por qué: «No entiendo por qué, eso es lo que estamos buscando, estamos buscando el móvil para poder encontrar a una persona».
El hecho ocurrió el lunes alrededor de las 19, cuando la artesana colgaba la ropa en el parque de la casa bautizada como «La Jardinera», ubicada en el cruce de 111 y 6, muy cerca del centro de Villa Gesell, en momento en que sus dos hijos de 6 y 9 años estaban en el interior.
De acuerdo con lo que relataron a la policía momentos después, los chicos se sorprendieron cuando escucharon gritos y vieron entrar a su madre ensangrentada y tomándose del cuello, quien les ordenó que cerraran la puerta con llave y llamaran a su concubino, Daniel Hernández (46), antes de desplomarse en el suelo.
Elizarraga dijo hoy que aún no entrevistó al mayor de los hijos de Filippone, porque todavía «está en estado de shock»: «No lo quiero presionar, el chico va a hablar cuando los psicólogos digan que está listo. No podemos revictimizarlo, es un chico que vio morir a su madre».
Respecto de Hernández y del hijo de éste con una pareja anterior, Simón (22), el fiscal manifestó que hasta el momento sólo son considerados en la causa como testigos.
Es que pese a que Simón, quien vive en una propiedad adyacente, tenía una mala relación con Filippone y es un paciente psiquiátrico, los investigadores pudieron corroborar que se encontraba en otro lugar al momento del ataque.
Fuente: Online-911