Los tres testigos señalaron a Jorge Padrone, el que estaba acompañado por tres sujetos de similares características. Una mujer confirmó que el Clío azul secuestrado era el que usó el delincuente para huir de 63 y 29, tras el asesinato de Pedro Moabro
Disparo en el pecho a un comerciante hace ocho días en 63 y 29, fue sometido ayer a una rueda de reconocimiento y los tres testigos lo señalaron como el autor del crimen, informaron fuentes policiales.
El procedimiento se realizó ayer en la sede de la DDI La Plata, donde se presentaron tres testigos del violento asalto que terminó con la vida de Pedro Moabro, de 62 años, al recibir un tiro en el corazón.
Cuatro sujetos parecidos, entre ellos Jorge Damián Padrone, se pararon de frente y de perfil ante un vidrio espejado. Del otro lado estaban los tres testigos y todos apuntaron a Padrone como el delincuente.
También trascendió que una mujer que vio al ladrón escapar en un auto y ella reconoció al Renault Clío azul con vidrios polarizados, secuestrado en la casa de Padrone el martes pasado, como el que usó el malviviente para escapar.
Sin duda fue una jornada complicada para el sospechoso. Los resultados del reconocimiento ya están en manos del fiscal Fernando Cartasegna, quien investiga el homicidio.
Personal de la DDI La Plata y de la comisaría Quinta La Plata habían allanado la vivienda de Padrone, ubicada en 29, 72 y 73, hace cinco días y en ese lugar lo hallaron.
“Padrone tiene antecedentes penales, es adicto a las drogas y se presume que vendía estupefacientes en el barrio”, afirmó un jefe policial.
En el domicilio indicado los investigadores encontraron un auto marca Renault Clío azul con vidrios polarizados, matrícula BLE 414, y marihuana.
Un identikit, la clave
“Llegamos a él luego del dibujo del rostro (identikit) elaborado por testigos. Ahora se va a analizar con precisión las cámaras de seguridad para establecer si el Clío del sospechoso estuvo en la esquina de 63 y 29 la noche del crimen”, afirmó uno de los pesquisas.
Según trascendió, el sujeto habría dicho en su círculo íntimo que se había mandado una “macana grande”.
Como se recordará, cerca de las 19 del sábado 5 de abril último, un delincuente entró al kiosco y almacén de 63 y 29 y redujo al dueño del comercio, Pedro Moabro, y a un cliente. Tras intentar agarrar la plata y sin motivo, le disparó al propietario.
El proyectil impactó en el pecho, del lado del corazón, y Moabro se desplomó detrás del mostrador. El salvaje asaltante se fue corriendo hasta el auto con el que había llegado y escapó a toda velocidad.
Tras el brutal ataque se presentó una ambulancia pero los esfuerzos de los médicos para reanimar al comerciante fueron en vano.
Fuente: Diario HOy