La semana pasada el titular del organismo de control, Ricardo Echegaray, hizo un viaje a Francia. Allí tuvo un contacto que le permitiría alcanzar datos cruciales.
Hervé Falciani es el eslabón que le permitiría a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) poder acceder a cuentas argentinas en Suiza.
De acuerdo con lo que informó diario La Nación, la semana pasado Ricardo Echegaray, titular de la Afip, viajó a Francia y se reunió con uno de los expertos en sistema que tiene un pedido de captura de Suiza.
Su nombre es Hervé Falciani y casi vendría hacer el Edward Snowden del HSBC. El hombre está acusado de haber sustraído una lista de 130 mil clientes de 180 países con cuentas bancarias de ese banco con sede en Ginebra.
La información que tiene Falciani sería fundamental para la cruzada que intenta llevar adelante el Gobierno nacional.
Como publicó el matutino porteño, Si Falciani entregara los datos a la Afip a título personal, el organismo fiscal podría llamar a los titulares de las cuentas que no estén declaradas y pedirles que justifiquen esos bienes, pero sin poder utilizarlas como pruebas judiciales.
En cambio, se está intentando utilizar el convenio franco-argentino como vía de transmisión, con la excusa de que Falciani es empleado de un instituto de ese Estado.
La conexión francesa de Falciani parte de su nacionalidad franco-italiana y del hecho de que, cuando fue detenido en Francia por pedido de Suiza, el Estado galo decidió utilizar los datos aportados por este ex empleado del HSBC en lugar de entregarlo; algo similar ocurrió en España, donde primero fue detenido y luego el gobierno español comenzó a utilizar la información que le aportaba, y dejó expuestos a banqueros y políticos.
Falciani, que está acompañado en forma permanente por una importante custodia por estar amenazado de muerte, se contactó con el fisco argentino a través de «intermediarios», indicaron a La Nación las fuentes, que negaron que este personaje venda la información que tiene en su poder.
Pese a que Suiza lo acusó de ese delito, él lo desmintió y terminó convertido en un informante de varios gobiernos, a tal punto que se sospecha de que tiene la protección de EE.UU., uno de los países más interesados en acceder a los datos de sus contribuyentes en los bancos suizos.
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