La Corte falló para que reincorporen a la empleada del Indec despedida por denunciar los índices de inflación

La Justicia ratificó la reincorporación de la técnica Marcela Almeida, que había sido despedida como represalia por sus denuncias a la manipulación de los índices de inflación.

La Corte Suprema ratificó que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) debe reincorporar a la técnica Marcela Almeida, quien primero fue congelada y luego despedida como represalia por sus denuncias a los índices de precios que manejaba el organismo.

El máximo tribunal tomó hoy la decisión de dejar firme la sentencia de la Sala IX de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, por lo que la delegada gremial deberá ser reincorporada a su puesto de trabajo en el Indec y además cobrar una indemnización por el “daño moral sufrido”.

La causa contra la técnica Marcela Almeida data de hace seis años, cuando en el 2008, ella abre una causa ante la Justicia por la discriminación y las represalias que sufría en las oficinas de Coordinación del Índice de Precios al Consumidor. Desde que comenzó a denunciar las estadísticas del Indec comenzó a ser víctima del constante hostigamiento hacia su persona y sus herramientas de trabajo.

El año pasado fue finalmente despedida tras una ayuda del gobierno de Mauricio Macri, ya que si bien siempre se desempeñó en las oficinas del instituto nacional, su contrato estaba tercerizado a través de la Dirección de Estadísticas y Censos porteño.

En la sentencia de hoy la Corte Suprema desestimó la queja presentada por el Indec alegando que los fallos previos no cumplían con los requisitos reglamentarios y por falta de agravio federal suficiente. La decisión recibió el respaldo de los ministros Petracchi, Argibay, Highton de Nolasco y con el voto concurrente de Maqueda.

Esta semana, la comisión interna del Indec advirtió a través de un comunicado: «nuestra posición ha sido y continuará siendo que la Intervención del organismo debe retirarse junto con la patota que ingresó de su mano, y que esto debiera ser una decisión política nítida después del proceso de destrucción al que fue sometido el Instituto y la persecución sufrida por sus trabajadores». Parece ser que con la llegada de kicillof nada de esto ha cambiado todavía.
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