El Pampa no despega, pero los millones siguen fluyendo

Desde 2010 el Estado pone millones y millones en la fábrica   de aviones, Fadea, donde el principal proyecto, el Pampa III, está paralizado y los otros planes de producción corren la  misma suerte. Mientras, los nuevos directivos realizan una                   exhaustiva auditoría por el presunto desvío de millones de dólares. ¿Qué tiene que ver La Cámpora en todo    esto?

La estatización de la Fábrica  Argentina de Aviones (Fadea), hace ya 4 años, había generado  grandes expectativas en la industria local. Sin embargo,  las esperanzas se fueron diluyendo tras las sucesivas    presentaciones del “inminente” arranque de producción. Hoy, por el contrario, en los grandes galpones no hay señales de   que los diferentes proyectos anunciados logren levantar  vuelo.

                  Desde su estatización, el Estado puso en Fadea entre US$ 60.000.000 y 70.000.000, a  valor actual, en sueldos y capital de trabajo. Más de US$  250.000.000 en cuatro años a lo que hay que sumarle casi US$50 en deudas, lo que totaliza unos US$300.000.000.

                  Para 2014, en tanto, el presupuesto sigue siendo abultado. Los gastos de la cartera de  Defensa para mantenimiento y producción serán de casi $950.000.000 de los cuales $530.281.533 se destinan al    funcionamiento de las actividades de   Fadea.

                  Según contaron experimentados operarios de la empresa, que piden mantener el anonimato, al  sitio ‘InfoNegocios’, los principales proyectos están   paralizados y los más de 1.000 empleados que trabajan allí  poco tienen para hacer por estos  días.

Construcción 40   aviones IA-63 Pampa III para la Fuerza Aérea   Argentina: En octubre pasado la empresa estatal presentó el primer prototipo y anunció que estaría volando en marzo de este año. “La devaluación y las deudas impagas   paralizaron el plan. No hay nada”, cuenta uno de los    informantes internos.

El  desarrollo y producción en serie de 40 máquinas del sistema de    armas IA 63 Pampa III se concibió como el producto insignia de  la compañía. Es un avión evolucionado del Pampa II, monomotor,   subsónico, biplaza en tándem, de ala alta, destinado al   entrenamiento avanzado de pilotos de combate con capacidad de  ataque ligero. El sistema ofrece -según la web oficial- una  integración con simulador de vuelo, soporte logístico  integrado, armamento y sensores asociados.
Su costo en el  mercado ronda los US$ 10 millones. Una cifra insignificante si  se compara con los US$ 300 millones que ya se gastaron en   Fadea desde 2010.
 

– Helicópetro chino CZ-11: Desde Fadea anunciaron en julio que este año arrancaría la producción en serie tras el acuerdo   con la asiática Catic. “Se cayó el acuerdo. Los chinos quieren plata, no son tontos”, sentenció una fuente bien    informada.

Producción de  piezas para el KC-390 de Embraer: Las 62 aeropartes de material compuesto y otras tantas de aluminio que la empresa iba a enviar a Brasil están con demoras. Según                   cuentan, se debe a una decisión de la empresa  brasilera.
– Aviones de  entrenamiento Grob: El plan de Fadea era empezar a  utilizar las 10 aeronaves que adquirió a la firma alemana pero  nada de eso ocurrió. Sólo cuatro aviones llegaron (los otros no se pagaron aún) y en los primeros vuelos de prueba hubo accidentes que hicieron reformular el   proyecto.

                  Mientras tanto, la  devaluación trajo incertidumbre en los pagos que la compañía    tiene que realizar a proveedores extranjeros; gastos  contraídas durante la gestión del expresidente de la firma  estatal, Raúl Argañaraz, quien fue remplazado el año pasado   por Martín Savoca.

                  Según detallan, el joven   Savoca inició una exhaustiva auditoría por fondos desviados durante la anterior gestión. Se desconoce el monto total, pero  los rumores dentro de la empresa hablan de unos $300 millones,  cifra que días atrás también publico el diario                   ‘Perfil’.

                  Un excolaborador de Argañaráz  negó que se trate de deudas. “Son obligaciones contingentes”,  dijo escueto.
                  Según publicó el diario  ‘Perfil’, una auditoría interna realizada a pedido del                   Ministerio de Defensa a cargo de Agustín Rossi habría  detectado un presunto desvío de fondos de poco más de $ 300millones.

                  A fines del año pasado, APTA (Asociación del Personal Técnico Aeronáutico) el gremio que nuclea a los trabajadores de Fadea,   denunció que en esa planta no se fabricó ni un solo avión de  los 40 Pampas tal como lo anunciaba la presidente de la  Nación, Cristina Fernandez.

En diálogo con ‘Cadena 3’, Estanislado Forbes, delegado gremial expresaba  entonces que «el 20 de diciembre nos damos con la noticias de que luego de una auditoría interna de Fabricaciones Militares,  que determinó que no está claro el destino de 300 millones,  había un nuevo directorio en Fadea».
El gremialista no ahorró críticas y señaló que Argañaraz «se encargó de perseguir, maltratar, discriminar   y no cumplir con lo anunciado por la Presidenta de los 40  Pampas».
Además, agregó que «Fadea era una fábrica   militante de La Cámpora». «Apta fue el único gremio que dio la    cara y denunció y seguirá denunciando», señaló Forbes.
El gremialista comentó que no hubo avances en la producción  «Desde 2009, cuando se estatiza, lo único que hicieron fue  pintarla y acomodarla, pero no se fabricó ni un solo Pampa». Y                   agregó: «tendríamos que hacer un Pampa por mes y así   llegar a los 40 prometidos por la   Presidenta».
Fuente: Urgente 24