Tiene 7 años y sufre cáncer. La batalla de su familia y la presión en las redes sociales logró que sea el primero en probar una droga experimental.
Josh Hardy tiene sólo siete años y padece cáncer de riñón. Fue diagnosticado por primera vez cuando tenía nueve meses. En enero tuvo que someterse a un trasplante de médula ósea. Y ahora se enfrenta a una infección viral, potencialmente mortal, que le provocó que sus riñones y su corazón fallen. Los médicos del hospital St. Jude Children’s Research de Tennessee, donde lo atienden, dicen que lo único que podría salvarlo es un medicamento experimental fabricado por la empresa estadounidense Chimerixs. Al principio la compañía negó a la familia el acceso a este fármaco, pero tras varios días de debate cedió a la presión de la sociedad y finalmente informó que incluirá a Josh en un estudio piloto, como publica hoy el diario El País de España.
Josh será, según explica Chimerix, el primer paciente en formar parte de un estudio piloto que comenzará hoy y que estudiará el efecto del remedio llamado Brincidofovir. El nene formará parte de un grupo de 20 personas. La empresa añadió que el plan fue aprobado por la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés).
Chimerix había expresado su negativa, alegando motivos financieros, éticos y por no cumplir los criterios necesarios. Y su respuesta provocó que la familia del nene lanzara varias campañas de apoyo en redes sociales como Facebook y Twitter, y también en varios medios estadounidenses.
El lunes, el presidente de la compañía, Kenneth Moch, explicó que no podían decir que sí a Josh «porque tendrían que hacer lo propio con muchos otros» y se gastarían muchos recursos que impedirían completar el estudio necesario para conseguir la aprobación de la FDA, y «así ayudar a muchos pacientes en un futuro. Cada caso nos cuesta unos 50.000 dólares de nuestro bolsillo, porque las aseguradoras no cubren los medicamentos experimentales», añadió.
A pesar de eso, la FDA permite que las compañías faciliten estos medicamentos a los enfermos cuando padecen una enfermedad que pone en riesgo su vida y todos los otros tratamientos existentes fracasaron. En este caso, pueden pedir un medicamento experimental a la empresa que lo fabrica, que puede brindárselo o no.
Tras las noticias, el hospital recordó que «el medicamento no fue aprobado aún por la FDA y su seguridad y efectividad no fue establecida todavía para menores Pero es también importante entender que la situación de Josh es crítica y compleja».
Fuente: Clarín