El jefe de Gabinete Jorge Capitanich se reúne hoy con representantes de la industria automotriz. En el encuentro, se analizaría la posibilidad de modificar la alícuota para la compra de bienes de lujo, que a partir de la devaluación alcanzó también a las unidades nacionales.
El jefe de Gabinete Jorge Capitanich recibirá hoy a representantes del sector automotriz, que ha sufrido una sensible reducción en las ventas en los últimos meses, y en ella podría rediscutir el alcance del nuevo impuesto a los vehículos de alta gama, que había sido creado para compensar las pérdidas fiscales por la modificación del impuesto a las ganancias.
La medida, que apunta a la compra de bienes de lujo, entró en vigencia el 1 de enero de este año. Pero hasta el momento, lejos de recomponer la situación fiscal, redujo notablemente las ventas y, tras la devaluación, generó una mayor carga impositiva en las nuevas unidades, cuyos precios se elevaron.
Según lo que publicó esta mañana el diario Clarín, ante la imposibilidad de retrotraer la medida, que fue aprobada en el Congreso, el Gobierno analiza pujar por una reducción de las alícuotas o una elevación del piso de los valores de las unidades, para evitar que los vehículos de producción nacional empiecen a pagar este gravamen y se limite únicamente a los importados de alta gama.
En la Asociación de Concesionarias (ACARA) estiman que para febrero la caída en la comercialización podría llegar a 30%, un número bajo teniendo en cuenta la buena situación de hace poco tiempo en el sector.
En el encuentro que habrá con Capitanich estarán los directivos y representantes de la mayoría de las asociaciones del sector como Asociación de Fabricantes (ADEFA), la de concesionarias ACARA, el sindicato SMATA y AFAC.
La actual ley establece, por ejemplo, alícuotas diferenciales para los bienes de lujo y fija, para un vehículo que tenga un valor de entre 170.000 y 210.000 pesos, una tasa de un 30 por ciento, y si supera esos montos, del 50 por ciento.
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