ABIYAN (Reuters) – Casi 200 personas han muerto en Costa de Marfil desde las polémicas elecciones del mes pasado, según Estados Unidos, en medio de la creciente presión para que el presidente desafiante deje el cargo.
Las potencias mundiales y los países africanos han apoyando a su rival Alasane Outtara, que reclama la presidencia, en una disputa que ha derivado en violencia desde los comicios del 28 de noviembre y que amenaza con devolver al país del oeste de Africa a la guerra civil.
«Tenemos informes creíbles de que casi 200 personas podrían haber muerto ya, y decenas más habrían sido torturadas o maltratadas, y otras podrían haber sido sacadas de sus hogares en medio de la noche», dijo el jueves la embajadora estadounidense Betty E.King ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra.
Las cifras de la ONU hasta ahora mencionaban unos 50 muertos.
La ONU, Estados Unidos, la Unión Europea, la Unión Africana y la asociación del oeste de Africa ECOWAS han reconocido los resultados provisionales de la comisión electoral, según los cuales Ouattara ganó las elecciones.
Pero Gbagbo no ha mostrado señales de ceder a la presión e insiste en que fue él el ganador, después de que el Tribunal Constitucional, presidido por uno de sus aliados, desechara cientos de miles de votos de zonas favorables a Ouattara.
Estados Unidos y la UE han establecido restricciones de viaje para Gbagbo y sus colaboradores más cercanos, mientras que el miércoles el Banco Mundial paralizó la financiación para el país, con el que tiene compromisos de ayuda de más de 800 millones de dólares.
Los ministros del Banco Central de la Unión Monetaria del Oeste de Africa tenían previsto reunirse el jueves en Guinea Bissau para tratar este asunto, en medio de las especulaciones de que también podría congelar la financiación para Costa de Marfil, lo que podría dificultar la capacidad de pagar los salarios de los funcionarios.