CFK imita a Maduro con los controles de precios

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La presidente está determinada a que se cumplan los precios cuidados y es más, propone poner chips en las cajas de los supermercados para controlar esos precios y quizás los descuidados. Y así fue que esta semana se comunicó telefónicamente con un hombre y una mujer que se quejaban por el desabastecimiento de algunos productos. Pero controlar las cajas de los supermercados es un paso que ningún gobierno se atrevió a dar en la historia. Sin embargo, la obsesión presidencial demostrada en ese tema en los últimos discursos en la Casa Rosada demuestra que está dispuesta a todo para que se respeten los precios. De ahí a imitar a Nicolás Maduro, que obligó a supermercados y cadenas de electrodomésticos a que vendan a los precios fijados por el gobierno, falta un trecho. Sin embargo, la desesperación puede llevarla a sobrepasar cualquier límite de sensatez.

La paridad, la clave

Todo depende de que la paridad de equilibrio que determinó su gobierno de 8 pesos por dólar se mantenga. El problema es que Juan Carlos Fábrega ya hizo lo que indicaba el manual. Ahora las otras áreas de economía en especial tienen que bajar el gasto público para que a su vez baje la inflación, porque si no habrá que devaluar más pronto que tarde. La salida la anticipó Axel Kicillof en el sentido de que piensa aumentar las tarifas de agua, gas y luz a los más pudientes, aunque da la impresión de que el gobierno quiere esperar a fin de marzo, cuando termine el verano, para aumentarlas. No vaya a ser que se produzca otra ola de calor con cortes de luz incluidos en medio de un aumento de tarifas. De ahí que al mismo tiempo que se esperan los dólares de la soja y el maíz se aumentarán las tarifas para reducir los subsidios pero sigue la incógnita sobre cuánto tiempo aguantará la paridad llamada de equilibrio, porque se vienen las paritarias y parece que los gremios amigos aceptarán la suba del 25% como los metalúrgicos y el SMATA que ganan sueldos altos y pueden aguantar. Además, los caciques gremiales están atemorizados por las pinchadas de teléfono que les hace el general César Milani con los que el cristinismo los tiene acorralados en el mismo sentido que a los accionistas de los supermercados y cadenas de electrodomésticos y también están en la lista de “pinchados” las grandes empresas industriales proveedoras de los súper. Sin embargo, los precios siguen subiendo y estamos a las puertas de un conflicto social en donde el gobierno piensa usar la Policía Federal y las fuerzas de seguridad, como lo demostró Sergio Berni los últimos días en los primeros conflictos que se produjeron la semana pasada. La inflación reconocida por el gobierno de 3,7% y por lo menos un 3% para febrero aunque las consultoras privadas hablan de un 4,5%, por los efectos de la devaluación que se produjeron principalmente en ese mes. Si son complementados con aumentos salariales producirán otra suba inflacionaria que pondrá en aprietos al gobierno, uno de cuyos gobernadores, José Luis Gioja, dijo también que Cristina tiene que llegar bien al fin de su mandato. Junto a Maurice Closs y Juan Carlos Urtubey es el tercer gobernador oficialista que expresa su preocupación sobre si el gobierno puede terminar en tiempo y forma su mandato, ya que todos piensan en su futuro personal. Y quizás la presidente también al arreglar sus cuitas con Daniel Peralta tal vez por ahí piense en la gobernación de Santa Cruz para tener fueros. Por ahora está preocupada porque ninguno de sus funcionarios que puedan prender el ventilador no sean víctimas de procesamientos hasta el fin de su mandato y en lo posible sean sobreseídos. Y después Dios dirá y CFK lo sabe.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com