Tras la crisis económica en el país, que se refleja en la inflación, y en la negativa del Estado a realizar aumentos salariales acordes a la canasta familiar, economistas prevén más consecuencias en relación a la desaceleración del empleo.
Los analistas pronostican que debido a la crisis fiscal, el ajuste se trasladará al mundo laboral. Así prevén que aumentará el desempleo, y posiblemente también serán más aquellos que no estudian ni trabajan tras quedar afuera de un mercado laboral restringido.
El kirchnerismo había generado desde el 2007 una inmensa cantidad de empleo en el Estado (provincial, nacional y municipal, respectivamente), justo cuando el empleo privado comenzaba a desacelerar. El empleo público representa alrededor del 22% de la ocupación total.
Desde el año pasado ya comenzó a producirse una desaceleración del empleo público. Se trata de que está creciendo a niveles más bajos que en su auge. Estiman que el crecimiento estimado para el año pasado fue de 3,1%, cuando en los últimos años había sido de 4,4%.
Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) en 2011 el Estado creó 82.000 puestos de trabajo, mientras que en 2013 generó casi la mitad (unos 42.000 trabajos).
El enfriamiento de la economía tiene sus vertientes. Se observa que el gobierno no quiere aumentar el salario, que baje el consumo, frenar la crisis fiscal mediante restricciones y tensiones cambiarias.
Finalmente en la actualidad comenzarán a observarse una gran masa de empleados públicos con salarios relativamente bajos, tal como sucedió con la crisis policial y acuartelamiento en Diciembre.
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