Un golpe potente a la altura de la sien y 21 puñaladas recibió una estudiante de arte de 20 años, en un barrio residencial de Balcarce, un pueblo sacudido por la noticia y por los estremecedores detalles que enseguida se conocieron: fueron sus padres y el hermano menor de la chica quienes, al llegar de un viaje en la madrugada de ayer, encontraron el cuerpo, tendido boca abajo en un pasillo de la casa.
El asesino le dejó la cuchilla clavada en la espalda . Hay un detenido.
Al mediodía, la Policía fue a buscar a un muchacho de 19 años con quien Julieta Moscheto había estado saliendo. No se resistió cuando los agentes lo apresaron, en la obra en construcción donde trabaja, cerca de la casa de la chica.
A las siete de la tarde del lunes, Pedro Moscheto –apicultor y comerciante– y su esposa viajaron para buscar a Alejandro, su hijo de 18 años, quien estudia en Buenos Aires. Fue un viaje relámpago: unos minutos antes de las seis de la madrugada estaban en su chalé de la calle 36 entre 19 y 21, una zona elegante del pueblo donde nació Juan Manuel Fangio. La chica es sobrina de Antonio Mandiola, justamente el presidente de la Fundación Fangio.
Los padres “abrieron el garaje, entraron el auto, cerraron la puerta y, ya en la casa, pasaron por el living y la cocina, y no encontraron nada que les llamara la atención”, relató una fuente de la investigación. Fue en un pasillo que lleva a los dormitorios donde el matrimonio halló el cuerpo de Julieta. “ La chica estaba boca abajo en medio de un charco de sangre y en la espalda tenía clavada una cuchilla ”, describió la fuente. Se trata de una cuchilla de cocina, de mango negro y una hoja de al menos 15 centímetros.
La víctima recibió todas las puñaladas por la espalda. Por la violencia con que la atacaron, algunas de ellas atravesaron el cuerpo de la joven. Tenía un fuerte golpe en la cabeza, y ninguna señal de que hubiera podido defenderse.
La hipótesis del robo se descartó rápidamente. Ninguna cerradura ni abertura del chalé había sido forzada. “ El atacante entró a la casa porque le abrieron la puerta. Julieta lo conocía ”, arriesgó una fuente policial. Luego el asesino salió por la puerta del frente de la casa, sin testigos.
Además, no faltaron elementos de valor. Sólo dos teléfonos celulares. El de Pedro Moscheto, que lo había dejado en la casa porque no funcionaba del todo bien, y el de su hija.
El muchacho detenido, de 19 años, empleado en una obra en construcción, había salido con la chica en los últimos tiempos.
Los investigadores llegaron a él luego de oír las declaraciones de numerosos testigos, aunque les costó reconstruir el entramado de amistades de la joven. “Era una chica muy reservada; las personas más allegadas a ella no tenían muy claro cuál era su circulo de amistades”, reveló a Clarín una alta fuente del caso.
Al cierre de esta edición, el fiscal Rodolfo Moure encabezaba una serie de allanamientos en distintas zonas de Balcarce. Buscaban pruebas: sabían que anoche, después de mucho tiempo, el sospechoso no había dormido en su casa, y que en alguna parte se había cambiado de ropa. También buscaban determinar la eventual participación de una mujer.
Fuente: Clarín