El movimiento fue intenso en las principales calles comerciales. Y desde el mediodía, hubo colas en restoranes, shoppings y cafés.
Se cortó la racha. La temporada perfecta tuvo ayer el primer día de lluvia en Mar del Plata. El agua empezó a caer de madrugada y, aunque no fue torrencial, nunca paró. Por primera vez, las playas estuvieron desiertas. Por primera vez, los negocios tuvieron público desde el mediodía. Pero no estuvo fresco: el día empezó con 25º y cuando oscurecía todavía se sentían 21º.
“Uuuyyy, esta lluvia me hizo gastar plata”, decía ayer un hombre que respiraba bajo un pilotín de plástico y salía de un local de zapatillas de la calle Güemes. “Hoy gastamos $ 240 en el almuerzo, si hay sol comemos en la playa y como mucho invertimos $ 50”, comentaron Santiago y Florencia, una pareja de novios tucumanos que salían de un café colmado.
El agua amargó a algunos turistas, pero revitalizó a los comerciantes. Con la seguidilla de días de calor sin lluvias, los comerciantes se habían asustado por un bajón en las ventas en comparación con otras temporadas. Algunos, incluso, hasta llegaron a adelantar los descuentos de febrero.
Como nunca paró de caer agua, las familias eligieron entrar a los comercios y quedarse bastante tiempo adentro para protegerse. Por eso, hubo colas en restoranes y cafés. En el shopping Los Gallegos, a media tarde, de a ratos se formaban mareas de gente como si fuera la víspera de Navidad. Pero no todos se decidían a comprar. “Vienen y preguntan, aprovechan para probarse perfumes”, contaron en un local de cosmética.
“No tenés mucho para hacer, vas de local en local y a la larga con algo te tentás”, dijo Sergio, un padre de familia con dos hijos de Banfield que miraba y comparaba precios. Otros, eligieron los cines y los museos. La peatonal San Martín, la calle que nunca está vacía, ayer volvió a tener un movimiento intenso, esta vez con el colorido de los paraguas abiertos. “Aprovechamos la promo y nos vamos a merendar al departamento”, explicó Julieta, una mamá, después de pagar $99 por tres docenas de alfajores artesanales.
Fuente: Clarín