El Gobierno promete frenar la exportación de cuero sin procesar

funcionariosEs para asegurarles la materia prima barata a productores de calzado y marroquinería.

El Gobierno prohibiría temporalmente las exportaciones de cueros sin procesar para asegurar que esa materia prima llegue a bajos precios a la industria curtidora y los fabricantes de calzado y artículos de marroquinería. Fue la promesa que hizo ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, a representantes de esos sectores industriales. Se creará una comisión para monitorear la situación cada tres meses.

Capitanich se reunió, junto a la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el secretario de Comercio, Augusto Costa, con representantes de diferentes cámaras de sectores industriales considerados “protegidos”. Además de textiles y de la indumentaria, del encuentro participaron representantes de la industria curtidora, del calzado y marroquinería. Para estas últimas, el cuero es un insumo central. Y su costo, una obsesión.

A nivel global, los cueros están encareciéndose de manera acelerada, al igual que muchas otras materias primas. En los Estados Unidos, en los últimos cinco años, el precio del kilo de cuero crudo saltó de 1,20 a cerca de 2,40 dólares. Aquí, inexplicablemente, ese producto ha sido siempre mucho más barato: las industrias pagaban US$ 0,40 por kilo en enero de 2009 y ahora US$ 1,50. Aún así, para los industriales el cuero hoy resulta caro.

Según la industria frigorífica, que obtiene los cueros como subproducto de la faena, buena parte de esa distorsión se explica en la existencia de un régimen que penaliza las exportaciones de cueros crudos o salados con derechos del 15% por encima del valor de Chicago. Esa barrera prácticamente impedía la exportación de cueros con poco grado de procesamiento y aseguraba una materia prima barata, perjudicando finalmente a los ganaderos. Por eso la Mesa de Enlace reclama siempre el final de esa protección industrial: para que se revaloricen los cueros.

Pero, según fuentes del sector de la marroquinería, ya ni siquiera esa defensa alcanza ahora para impedir que el cuero sin mucho procesamiento salga del país, perjudicando a quienes le agregan valor. Por eso fue que Capitanich les prometió buscar el modo de prohibir temporalmente las exportaciones de ese producto, incluidos los cueros “wet blue”, como se denomina al primer proceso de curtido.

Giorgi, histórica defensora de esa industria (logró la prórroga del arancel cuando era funcionaria de De la Rúa), apoyó públicamente las medidas, aunque evitó dar precisiones. Dijo que la Argentina produce cueros semiterminados por unos 800 millones de dólares. Y evaluó que “esto se deberá transformar en materia prima en condiciones de calidad y precio que estén incluidas en el valor agregado de un calzado o una cartera”.

En este sentido, precisó que hoy se exportan productos elaborados de cuero por solo 34 millones de dólares, cuando en 2007 esos mismos embarques habían llegado a 140 millones.

Fuente: iEco