Recién operado, lo asaltaron y se lo llevaron secuestrado

operadoEs un jubilado de 73 años. Salía de la casa de su novia y a las 2 cuadras lo abordaron varios ladrones. Lo hicieron volver y robaron en el chalé mientras él estaba cautivo en el auto. “Todavía tiemblo”, dijo.

e cortaron el camino a dos cuadras de la casa de su novia y se le subieron a su Honda City armados. Los asaltantes sabían todos sus movimientos diarios. Primero lo obligaron a volver al chalé. Allí entraron, robaron plata y salieron en menos de dos minutos. Después, con el hombre de rehén, anduvieron con el coche a toda velocidad por la misma zona donde supuestamente lo buscaba la Policía. El golpe terminó cuando el vehículo se empezó a quedar sin nafta.

Todo sucedió ayer a la mañana en Morón y los ladrones escaparon con $ 13.000 y tres celulares.

La víctima, Roberto Gali, es jubilado y tiene 73 años. Hace unos días lo operaron por un cáncer de próstata: tiene colocado un drenaje que sale del abdomen y termina en una bolsa fijada a una pierna.

Según la Policía, los delincuentes venían de robar otra casa en Castelar. “Mientras manejaban a 150 kilómetros por las calles del barrio, uno hablaba con tranquilidad por handy con el papá y le contaba cómo iba el robo (ver “ ¿Todo bien…”).

Por la velocidad que íbamos en un momento pensé que nos matábamos ”, le dijo Gali a Clarín.

El hecho empezó a las nueve y media de la mañana. Gali salió con su Honda City color gris de la casa de su novia, ubicada en un barrio de casas coquetas de la calle Beruti al 200. “A 200 metros dos autos se me cruzaron en el camino. Enseguida tres hombres bajaron de uno de los coches y se subieron al mío. Uno se puso a conducir y los otros iban detrás. Yo quedé en el asiento del acompañante. ‘ Agachate y quedate con los brazos cruzados mirando el piso ’, me advirtió uno de los ladrones”, recordó el jubilado.

Los hombres le preguntaron dónde vivía y él les respondió que en Moreno, pero que se había quedado a dormir en la casa de su novia. “Sabían todos mis movimientos. ‘¡Qué vas a vivir en Moreno, viejo. Si te vemos salir todos los días de esa casa!’, me dijeron.

Ahí me sacaron 3.000 pesos, que tenía para pagar mi dentadura, y el celular”, comentó.

Los delincuentes volvieron en el Honda a la casa de Beruti al 200 y estacionaron en la puerta. “Yo les abrí el portón electrónico. A mí me dejaron en el auto con uno de ellos. Dos entraron y sorprendieron a la empleada y a mi novia, que estaba en su oficina separando unos pagos. ‘ Si no nos das plata, te matamos a tu marido que lo tenemos en el auto ’, le dijeron a Cristina y le sacaron $ 10.000”, indicó la víctima y agregó: “Por suerte la semana pasada mi novia se compró su camioneta, porque si no le robaban ese dinero también”.

Los ladrones, que tenían entre 25 y 30 años, revisaron los dormitorios del chalé y se fueron. Cristina llamó al 911 y la Policía empezó a buscar el Honda. Gali destacó que “por suerte” en el momento del asalto no se encontraba en la casa el hijo de su novia, que tiene síndrome de Down.

Los asaltantes se llevaron a Gali secuestrado y empezaron a dar vueltas por el barrio.

“Les gustaba mi auto. Decían: ‘¡Qué máquina, viejo!’. Me preguntaban cómo lo había comprado. Yo les contesté: ‘Tengo porque laburé y me di el gusto’.

Ibamos a 150, 160 kilómetros, doblaba en las esquinas como si fuera ‘Rápido y Furioso’”, describió el jubilado, en referencia a la famosa película.

El hombre añadió que en un momento un delincuente se dio cuenta de que estaba recién operado.

“‘¿Qué tenés ahí, qué te sale por el pie?’, me dijo. Y yo le contesté: ‘El drenaje de la próstata porque tengo cáncer y me operaron hace poco’.

Entonces el ladrón me respondió: ‘Pero la puta madre, qué cagada, viejo’.”, recordó la víctima.

La banda lo tuvo como rehén unos 20 minutos. Cuando el Honda se estaba quedando sin nafta, los ladrones pararon el coche en Tres Arroyos y Balbín, en Haedo, a sólo 10 cuadras de la casa de la novia del jubilado, y se fueron en otro auto que los seguía. “Todavía tiemblo, pero a gracias a Dios estoy vivo”, aseguró Gali tras la pesadilla.

Fuente: Clarín