El acuartelamiento del fin de semana pasado tuvo un resultado paradójico: bajó la cantidad de hechos violentos. Hubo dos asesinatos y en ambos están implicados policías provinciales. Alerta por los casos de gatillo fácil.
“Hubo menos hechos de inseguridad que antes”. La frase pertenece a Luis Tomasevich, el abogado que representó a los policías en huelga y la dijo cuando las negociaciones con el gobierno provincial aún se encontraban empantanadas.
A pesar de las amenazas de saqueos y un enrarecido clima social, contrariamente a lo que se esperaba, en Rosario se registraron menos muertes y hechos violentos que los comúnmente ocurridos durante cualquier otro fin de semana con el servicio de la policía regular.
También desde el sindicato de Taxis aseguraron haberse sentido más protegidos con la custodia que se organizó entre Gendarmería, Prefectura y Policía Federal.
En rigor, los dos crímenes que sucedieron mientras duró el acuartelamiento de la policía y la seguridad provincial se encontraba en manos de fuerzas nacionales, implicaron a efectivos de la policía provincial.
El primero, un confuso hecho en la zona sudoeste de Rosario donde un hombre de 38 años fue baleado y los vecinos describieron el hecho como un típico caso de gatillo fácil: «Vinieron dos policías que estaban borrachos y le tiraron cuatro tiros», aseguró a La Capital un testigo. La indignación del barrio se canalizó con el ataque al destacamento policial móvil al cual prendieron fuego.
Por otro lado, en la localidad vecina de Villa Gobernador Gálvez -que junto a Rosario comparten los primeros puestos en los índices de resolución violenta de conflictos- un joven de 22 años recibió un balazo mortal mientras otras dos personas resultaron heridas. Vecinos también implicaron a una mujer policía que fue detenida.
Pero una vez que la Policía provincial volvió a prestar servicio -luego del aumento decretado por Antonio Bonfatti-, se registraron seis personas heridas de bala en la primera noche, en diferentes situaciones y barrios. Entre los heridos hubo un joven de 20 años que falleció en un dudoso enfrentamiento con el Comando Radioeléctrico.
Fuentes de la policía trataron de desmentir que se hayan incrementado los delitos en coincidencia con el regreso al trabajo de los policías. «Los índices no variaron demasiado, lo que sí cambió fue la información dada a conocer sobre los mismos a partir de que la oficina de prensa de Jefatura volvió a la normalidad al igual que las guardias de las comisarías», argumentaron a medios locales.
Reaparecen casos de gatillo fácil
En los últimos meses aumentaron las denuncias por abuso policial y casos de gatillo fácil en la provincia de Santa Fe. Esta situación, si bien no es nueva en relación a los crímenes por balas policiales en situaciones innecesarias, recrudecen luego de un largo período de no presentarse casos similares.
En el 2007, un fallo que condenó a un policía a más de diez años de prisión por el crimen de Carlos Gauna, un joven acribillado por la espalda en el populoso barrio Ludueña en el 2002 actuó como ejemplificador.
«No nos podemos permitir que la policía cometa este tipo de hechos ni que registren impunidad porque eso puede ser un caldo de cultivo para que la modalidad avance», dijo el fiscal regional del nodo Rosario, Jorge Baclini en conversación con La Capital.
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